Registremos los mejores hábitos. No seamos impacientes. La virtud viene de la tolerancia y el respeto hacia los buenos anhelos.
Tengamos voluntad para seguir. No aceptemos las derrotas, pero tampoco nos torturemos por diferencias o carestías. Dispongamos con astucia. Hemos de advertirnos con fuerza, sin descanso. Seamos claros.
Resaltemos lo óptimo y no hagamos caso a lo que nos suceda en negativo. Busquemos con preguntas y respuestas limpias. Saldemos cuentas sin hacer daño. Tampoco permitamos que nos lo hagan.
Nos debemos hacer cargo de las preferencias sin caer en los caprichos. Avancemos sin locura. Apartémonos de los miedos.
No nos resignemos. Pongamos las condiciones más fructíferas. Tomemos las esencias de la belleza de la vida. No pensemos en caídas. No nos debilitemos inútilmente.
Hemos de convidarnos a la credibilidad. Somos muy capaces. Sin prisa hemos de demostrarlo.