Nos complaceremos en el inicio del día. Le sacaremos partido sin poner ni remedio ni condiciones. Seamos amables, sobre todo con nosotros mismos. No permitamos que nos roben el corazón. Lo necesitamos para vivir sin distracciones inútiles.
Hagamos caso a lo que nos sucede. Nos debemos centrar. Nos daremos señales de suavidad de algodones y con la suficiente firmeza para no caer. Nos relajaremos con pronósticos arriesgados. Los minutos hay que disfrutarlos.
No aceptemos, por favor, las reglas que nos dañan. Neguemos lo que cautiva superficialmente. La materia no es tan fundamental como a veces nos «vendemos». No carguemos con miedos que pesen demasiado. Procuremos avanzar con intensidad.
Repitamos lo que nos reporta vehemencia. Nos hemos de enfrentar con valentía a los problemas cotidianos. Encontremos tiempo para aprender y compartir.
Vayamos hacia esos lugares que nos iluminan. Arreglemos lo que sea menester. La oscuridad ha de ser superada. Tenemos todo un gran trecho por transitar.
A caridade salva ! Sou massoterapeuta holistica e vi nesta
Pandemia como estamos longe de sermos bons.
parabens por elevar os pensamentos e intencoes para
1 Pouco mais de humanidade en nosotros