Este lunes 17 de enero de 2022, cuando se cumplía exactamente un año de su detención, el opositor ruso Alexei Navalny ha escrito en sus redes sociales que «no ha lamentado ni un segundo haber regresado a Rusia», a pesar de que existían muchas probabilidades de que le detuvieran, y ha pedido a sus conciudadanos que «no tengan miedo».
Alexei Navalny fue detenido el 17 de enero de 2021 en el aeropuerto de Moscú, cuando regresó al país tras pasar varios meses en Alemania, restableciéndose del intento de envenenamiento que sufrió en el mes de agosto cuando perdió el conocimiento en un avión regresando de Siberia, donde había tomado parte en varios mítines, y del que considera responsable directo al presidente ruso Vladimir Putin.
«Tras pasar un año en la cárcel, os digo que, en el tribunal, he gritado que no tengan miedo a quienes todavía me apoyan», escribe el opositor acompañando una foto en la que se le ve con el uniforme de detenido en una colonia penitenciaria, acompañado de su mujer, Yulia.
Navalny se encontraba el lunes en el tribunal del distrito de Petouchki, de la región de Vladimir, donde se encuentra recluido, para responder de las denuncias que ha presentado contra la Administración Penitenciaria. Según la información del canal internacional Euronews, Navalny ha asistido a la vista de la primera denuncia por videoconferencia, encerrado en una jaula, como se ha visto en las imágenes difundidas por el canal independiente de Internet Dojd.
Por el momento, Navalny se encuentra cumpliendo una condena de dos años y medio de prisión por «fraude», pero todavía le quedan varias causas pendientes, entre ellas una por «extremismo» que podría alargar su condena durante varios años más.
Su detención fue el punto de partida de una oleada de represión contra la oposición, los medios de comunicación críticos y la sociedad civil que se opone a la política de Putin, sobre todo tras la anexión de Crimea y el control que ejerce sobre Ucrania.
En el pasado mes de octubre, el Parlamento Europeo concedió a Alexei Navalny el Premio Sajarov a la libertad de conciencia. Para Amnistía Internacional, «Navalny y los militantes políticos detenidos como él están viviendo un infierno en la tierra (…) Las autoridades rusas han puesto en marcha una campaña sin precedente de represión y represalias (…) destruyendo todos los vestigios de libertad de expresión y asociación».
Recordemos que hace apenas un mes, la justicia rusa ha prohibido la ONG Memorial, la asociación más antigua de Rusia dedicada a la defensa de los derechos humanos y a conservar la memoria de las víctimas del Gulag. Por «no respetar las obligaciones de agente extranjero».
