El libro ‘Comuneros’ del periodista segoviano Alfonso Domingo recorre la historia de las Comunidades de Castilla a través de la figura de María Pacheco (1496-1531) usando la metáfora de una partida de ajedrez.
‘Comuneros’ aborda la historia con unas aportaciones, formas novedosas y bastante atractivas. Una de ellas es que la historia gira en protagonismo, no como es habitual, a través de los tres conocidos capitanes comuneros, sino de una mujer.
Efectivamente, la viuda de Juan de Padilla, María Pacheco (1496-1531) quien simboliza hasta el final la defensa de los ideales comuneros y que murió en el exilio portugués, en concreto en Oporto, tras refugiarse en su catedral.
Su figura, como se señala, «sobrevive a la guerra y al tiempo, en un momento de convulsión política y social que se parece mucho a la época en que vivimos» siendo sin duda una de las mujeres destacadas de la historia española, donde fue conocida como ‘La leona de Castilla’. La viuda de Padilla, mantuvo viva la llama comunera en Toledo nueve meses después de la derrota de la batalla de Villalar, en abril de 1521, hasta que tuvo que exiliarse a Portugal.
Pero además también es una historia de amor hacia su marido, Juan de Padilla, y hacia su familia, encarnada en su hermano Diego Hurtado de Mendoza (1503-1575) quien en 1526 se reúne con ella para evocar todo su pasado, esos «tiempos de amor y guerra», jugando una partida de ajedrez. Así, en esta visita el autor introduce, enlazando brillantemente ajedrez y literatura, los 64 escaques para recordar y simbolizar lo ocurrido.
Sin duda, qué mejor que un tablero y una partida para rememorar todos los hechos de la guerra de las comunidades de Castilla. Es a través del desarrollo del juego y otros testimonios donde se evoca todo lo ocurrido desde el inicial movimiento de protesta hasta su derrota y la posterior salida de la viuda de Padilla de la que entonces era la imperial Toledo.
Hay que recordar la importancia del ajedrez, de hecho, en la pasada muestra sobre los Quinientos años de los Comuneros celebrada en 2021 en Valladolid, aparece referencia al mismo, ya que es conocido que la nobleza jugaba habitualmente. El juego acababa de cambiar, se imponían las normas modernas que, entre otras cuestiones, daban una mayor visibilidad a la Dama o Reina.
En el texto se da la descripción de la partida al final y bien documentado, se recuerda que entonces lo habitual no era tanto el damero blanquinegro sino piezas y escaques blancos y rojos, simbolizando además los colores usados por comuneros y realistas.
El ajedrez aparece en el texto en unos diagramas de distintas posiciones a lo largo del desarrollo de la partida. Así, figura, acompañando el texto, en las páginas 158, 224, 247, 266, 423 y 451. La partida completa se reproduce al final en la 471.
También hay alusiones a obras ajedrecísticas como ‘Repetición de amores y Arte de ajedrez’ de Luis Ramírez de Lucena (1465-1530) y el tratado ‘Questo Libro da Imparare Giocare Scachi’ de Pedro Damiano (1480-1544), Damião en su original portugués.
Del mismo modo, hay que indicar que entre las citas iniciales de cada capítulo hay varias con alusiones ajedrecísticas, si bien en el capítulo cuarto (página 50) aparece el rey poeta Al Mutamid, no es un poema referido al ajedrez, sino al amor.
En el capitulo dieciocho (página 226) corresponde a la conocida de Omar Jayam (1048-1131) que luego usaría Borges en su conocido poema sobre el ajedrez y en el capítulo veinte (página 250) se reproduce la conocida mención al noble juego que aparece en el capítulo doce de la segunda parte de El Quijote.
Hay que elogiar que el autor contara como asesor ajedrecístico con Mariano García Díez, un auténtico experto en el noble juego, responsable del más que interesante blog ‘Artedrez’ y del que aprovecho estas líneas, aunque haya pasado el tiempo, para agradecerle la muy amable mención que hizo cuando se produjo el fallecimiento del añorado Xulio Formoso, al que espero algún día homenajear publicando sus caricaturas ajedrecísticas.
Y es que el libro está muy trabajado documentado y es más que recomendable su lectura. El inicio es en Miranda do Douro, ignoro si es un guiño del autor a José Saramago (1922-2010) ahora con motivo de su Centenario y que reflejaba en su conocida obra ‘Viaje a Portugal’ una referencia a los peces tanto de una como de otra orilla y el idioma en que se expresan.
El final es la unión de los restos para que descansen ambos juntos, María Pacheco y Juan de Padilla, y que no pudo ser en la realidad. «Un acto de justicia poética, puesto que ella quería que su restos yacieran en la misma losa que su marido», según declara su autor.
Además, dispone de unos introductores de auténtico lujo, el primero con el que coincido con el autor en señalar mi admiración, el escritor leonés Julio Llamazares, quien escribe: «Con su maestría habitual, Alfonso Domingo recrea en esta novela uno de los pasajes más populares y manipulados políticamente de nuestra historia. De lectura obligada para conocer la guerra de los Comuneros».
El segundo es un apellido ilustre de nuestra historia reciente, el historiador Nicolás Sánchez-Albornoz quien dedica a la obra estas palabras: «Acción y sentimientos animan las páginas de esta novela, que con una detenida investigación, supera el telón de fondo de la sublevación comunera para dejar constancia de una Castilla sumida en una agitada convulsión social».
También destacar la recuperación de las llamadas Coplas a Padilla impresas en 1520 en Toledo, (se adjuntan al final de la obra) una aportación además acompañada de música y voz por Cuca Pérez y Luisa Pérez.
Biografía
Alfonso Domingo (Turégano, Segovia, 1955) pasó, antes de llegar a la escritura y al cine, por la prensa escrita, radio y televisión.
Periodista especializado en información internacional y reportero de guerra, terminó como director de documentales con quince series y media docena de largometrajes, con los que obtuvo varios premios nacionales e internacionales.
Sus últimas películas han versado sobre aspectos inéditos de la Guerra Civil: Héroes invisibles, afroamericanos en la guerra de España (2015); Melchor Rodríguez, el ángel rojo (2016), que fue merecedor del segundo premio Imaginera del Centro de Estudios Andaluces, escribiendo también la novela biográfica El ángel rojo, reeditada en 2021; Cantata de la guerra civil (2021).
Estudioso de la guerra civil española y la posguerra, ha publicado ensayos de historia oral como El Canto del búho (2003), Retaguardia (2004), Historia de los españoles en la II Guerra Mundial (2009).
Es asimismo autor de La serpiente líquida, reeditado en 2018, sobre mitos, ritos y chamanes del Amazonas, que tiene su versión documental.
Ganador de cuatro premios literarios (entre ellos, Ateneo de Sevilla en 2011, con El espejo negro; Ateneo Ciudad de Valladolid en 2013, con El enigma de Tina). Ha publicado también La balada de Billy el Niño (2014) y A tumba abierta (2018).
En la actualidad se dedica a escribir narrativa y al cine de ficción.
- ‘Comuneros’, Alfonso Domingo
- 33 capítulos. Agradecimientos, Desarrollo de la partida, Coplas a Juan de Padilla.
- Editorial Algaida, mayo 2022
- Precio: 20,95 euros. 480 páginas