El centro especializado en tratamiento de la dependencia, Brain Care, creado en 2011 y con sede en Padua, Italia, se ocupa de la estimulación y mejora cognitiva de personas discapacitadas, pero también en personas normales e hiperactivas.
Su directora científica desde 2011, la neuróloga Anna Cantagallo, es profesora en la universidad y coordinó la sección de Medicina de Rehabilitación Neuropsicológica (GIRN) de 2006 a 2014.
Entonces estudió el impacto del ajedrez, usándolo como prueba de evaluación de procesos cognitivos, como resolución de problemas y muestra de pericia. Cantagallo ha estudiado a fondo su utilidad para frenar aspectos degenerativos producidos por el paso del tiempo y, en una pasada entrevista emitida en un medio italiano, explica los motivos.
«El ajedrez es muy útil para nuestro cerebro, a cualquier edad, el juego te permite activar todas las áreas del cerebro, y de alguna manera, entrenarlas. Hablamos de los lóbulos occipitales, que recogen los estímulos visuales; los lóbulos parietales, que permiten tener una visión general del tablero; el lóbulo temporal, que es el que cuenta con la capacidad de memorizar; finalmente, el lóbulo frontal, que se ocupa de la planificación y resolución de problemas. Jugar al ajedrez también pone en acción el sistema nervioso: durante una partida aumentan el ritmo cardíaco y respiratorio».
Los beneficios para los mayores son evidentes: «El ajedrez nos permite estimular la memoria, vista, exploración visual y resolución de problemas, aumenta nuestra atención, capacidad de atención a los detalles, predecir objetivos a medio y largo plazo, criticar nuestros propios errores, para evaluar la estrategia que estamos utilizando».
Del mismo modo, «desarrolla la memoria de trabajo y de perspectiva, es decir, la del futuro, también la capacidad de autocontrol, enseña a regular nuestras emociones en función de la estrategia que tengamos en mente. Y no solo eso: nos ayuda a ‘leer’ el cerebro del oponente, a entender su estilo, estrategia, y a permitir una relación empática con la otra persona».
Hay datos que confirman que el ajedrez ayuda a mantenerse joven: «Un estudio, sobre jugadores de entre 55 y 90 años, muestra que si medimos el rendimiento cognitivo de quienes han asistido a un curso de ajedrez, frente a quienes se ha dedicado a otros juegos de mesa o actividades totalmente diferentes, las de los ajedrecistas son significativamente mejores, un 65 por ciento más».
Otro estudio, con un seguimiento de cinco años, involucró a quinientas personas mayores de 75 años, mostrando que aquellos que practicaban ajedrez durante un período de tiempo continuado podían retrasar la aparición de enfermedades degenerativas en un promedio de un año y medio.
Pero se necesita un trabajo bastante constante, once horas a la semana (hora y media diaria) porque los que lo hicieron solo cuatro horas semanales (50 minutos al día) no obtuvieron los mismos resultados.
El ajedrez también puede ser útil para recuperar las facultades normales de personas que han tenido problemas neurológicos o cerebrales «pero siempre que conocieran las reglas del ajedrez antes del accidente cardiovascular, o del ictus que dañó sus funciones cognitivas», explica Cantagallo.
«Son muy útiles en pacientes que tienen problemas de atención, que les cuesta explorar el espacio o que tienen problemas de memoria. También para las personas que han tenido un trastorno del lóbulo frontal, el que nos hace planificar nuestros movimientos en función de futuros objetivos y, en general, nos ayuda a enfrentar nuevos problemas. También pueden echar una mano en caso de deterioro cognitivo o demencia leve».
Hay una nueva frontera que podría explorarse, la del posible uso del ajedrez en la lucha contra la depresión. «Todavía no hay estudios claros sobre el tema», explica la especialista médica.
«Seguro que este juego permite salir de tus pensamientos, ayuda a ir de adentro hacia afuera, que es justo lo que toda persona deprimida debe hacer. En lugar de centrarse en su tristeza, puede dedicar su mente a algo práctico y centrar su atención en el mundo exterior durante unas horas. El ajedrez entonces, contrariamente a lo que muchos creen, no produce aislamiento, sino que crea relaciones, en primer lugar con el oponente».
En este sentido señala: «Para jugar tenemos que ponernos en la mente del otro, captar su comunicación no verbal, creando así una relación empática, entre otras cosas con un modo ‘amable’. De hecho, una persona deprimida generalmente lucha por entrar en comunicación verbal y se siente forzada cuando se la obliga a hablar sobre sí misma y sus problemas. Si, en cambio, se pone a jugar al ajedrez, entra en una relación silenciosa pero eficaz, protegida. Y esto puede ser de gran ayuda».
Realidad virtual para la Tercera Edad
Por su parte, el centro para el trabajo de personas mayores Grete Meissner de la localidad alemana de la región del Ruhr, Schwerte, ha retomado el entrenamiento regular de ajedrez para personas mayores, después de un largo periodo de ausencia debido a la pandemia del coronavirus.
En el centro tienen dos sesiones mensuales de tres horas cada una. Pero ahora la novedad es que además del juego analógico, también existe la oportunidad de probar el juego en una sala digital.
Con unas gafas de realidad virtual (VR), los mayores pueden sumergirse en un juego tridimensional generado artificialmente y así tener la sensación de ser parte del tablero en blanco y negro.
En general, se considera al ajedrez una actividad para hacer funcionar el cerebro y mantener el equilibrio emocional. En la vejez, el juego de estrategia se considera una herramienta de acompañamiento para mantener la salud mental. Así, promueve funciones cerebrales específicas, como la concentración y memoria.
Ya anteriormente, los médicos del Einstein College of Medicine de Nueva York descubrieron que jugar al ajedrez previene la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.
Beneficios para la salud mental
Por último, hay que mencionar el doctor brasileño Arthur Guerra, profesor de la Universidad de Sao Paulo y fundador de Caliandra Salud Mental.
El médico afirma que pocos juegos «exigen tanta atención y enfoque como el ajedrez», añadiendo que puede «contribuir positivamente a muchas personas que enfrentan problemas de salud mental, adicción al alcohol o ansiedad, entre otros».
En su tratamiento con pacientes cita los siguientes beneficios:
- Enfoque. «Pocos juegos requieren tanta atención y enfoque como el ajedrez. La concentración no solo se refiere a tu jugada y al movimiento que harás con tus peones, sino especialmente a la jugada de tu oponente. Esto es particularmente útil para aquellos a quienes les resulta difícil mantener el interés en sus tareas y actividades».
- Estrategia. En el ajedrez, no hay ningún elemento de suerte. Es muy diferente, por ejemplo, a los juegos de azar, en los que la suerte juega un papel fundamental. Durante la partida, es necesario ejercitar el pensamiento estratégico. «Este ejercicio, como vemos los médicos, ayuda mucho a resolver problemas cotidianos»
- Resiliencia y control de las emociones. Una partida en su vertiente clásica, puede durar días «y es una prueba de nuestra determinación. Más que eso, es un excelente ejercicio para controlar las emociones frente a las dificultades de la vida». Al igual que en la vida, un error en el ajedrez puede costar mucho. ¿Cómo respondemos a esto? ¿Reaccionamos ante este contratiempo moviendo las piezas de forma temeraria o, por el contrario, respiramos hondo, nos detenemos a pensar, analizamos la situación y apostamos por un plan B? En la vida, un error en el trabajo puede llevar a que alguien simplemente cierre su ordenador, se sienta derrotado o culpe a un tercero o, mejor, puede llevar a un momento de reflexión, volver al ‘juego’ y pensar en una nueva idea.
El ajedrez «es una lección de cómo encontrar soluciones que al principio parecían imposibles. Esta enseñanza se puede aplicar en situaciones cotidianas». - Calma. Reducir la ansiedad y calmarse es algo que proporciona el ajedrez, «que he visto mucho en mi oficina, y también lo demuestran los grandes maestros. Estos jugadores profesionales dicen que cuando el cerebro está tranquilo, se gana la mitad del juego. Y el ajedrez hace eso: ejercita la calma mental, los pensamientos, estrategia y jugadas fluyen».