Conformemos la mejor opinión de nosotros mismos y de los demás. Nos colocaremos en el sitio oportuno. No vivamos sin poner algunos límites.
Seamos sensatos. Tengamos los pies en el suelo. Soñemos, pero con aportes de realidad. Distingamos lo importante de cuanto no lo es.
Nos libraremos de los males. De algún modo, la coherencia y la cohesión nos invitan a una cierta paz, por la que hemos de apostar.
No estemos en litigios perpetuos. Nos abriremos a lo más querido del camino, que nos ha de mostrar confianza. Seremos en lo mutuamente factible y con franqueza.
Lideremos las respuestas que quitan el hastío. Procuremos estar convenientemente. Nos agasajaremos. Pongamos un buen timbre, para que se escuche, y, sobre todo, para que suene con ímpetu y aporte un creíble mensaje. Todo es posible en el lado positivo.