Vivimos en un mundo en el que los avances científicos son cotidianos, pero no por eso dejan de sorprender a los investigadores.
Como ha sucedido con los impactantes casos de una mantarraya «virgen» que espera crías en un acuario de EEUU y a la que creo que de premio debieran devolver al mar.
Y una hembra de cocodrilo que sin contacto con machos puso huevos, naciendo de uno un cocodrilito completamente formado, pero muerto.
Según leí en la edición digital de El Mercurio de Chile de este 15 de febrero, la mantarraya embarazada se llama Charlotte y vive desde hace ocho años en el Aquarium & Shark Lab de Henderson, en el sur del estado de Carolina del Norte.
Y cuando a fines del pasado noviembre empezó a engordar, los encargados de cuidarla pensaron en un tumor.
«El bulto empezó a crecer y a crecer, y pensamos podía ser un cáncer» declaró a la Agencia France Press, la directora adjunta del acuario; porque igual que en las mujeres. algunos quistes pueden desarrollarse en los órganos reproductivos cuando no se tienen hijos.
Pero al hacerle una ecografía, vieron que no eran tumores sino huevos que normalmente tardan de tres a cuatro meses en salir.
Este tipo de nacimientos sin apareamiento son raros y la posibilidad de reproducirse sin un macho estaba descartado por la Ciencia, pero en los últimos años ha sido documentada en aves, reptiles y peces.
Y se afirma que animales que no tienen a mano con quien aparearse, recurren en ocasiones a la partenogénesis.
Que es un proceso en el que pequeñas células que se forman al mismo tiempo que los óvulos y se denominan «cuerpos polares», se desintegran y fusionan con ellos aportándoles material genético necesario, para que surja un embrión viable.
Y de acuerdo con los expertos, los problemas de salud en este tipo de gestaciones son mayores respecto de los que nacen tras la forma de reproducción habitual.
La mantarraya Charlotte, es del tamaño de una pecera mediana y comparte el acuario con cinco tiburones pequeños y al estar próxima a ser madre, ha traído al acuario mucha gente; y como que se da cuenta que van a verla, porque se acerca a los vidrios a saludar.
Come camarones, ostras y a veces langostas; las hembras de su especie dan a luz hasta cuatro crías por vez y parece que así será con ella, por lo que se está planeando duplicar la capacidad del estanque.
Años antes en Costa Rica, los científicos presenciaron el nacimiento virginal de un cocodrilo.
El animal vivía solo en un acuario y cuando los encargados vieron que tenía varios huevos, los llevaron a una incubadora.
Y de uno nació muerto, un perfecto cocodrilito; que solo tenía material genético de su madre.
Por ello se piensa que reptiles, dinosaurios y pterosaurios, pudieron haber sido capaces de partenogénesis de forma muy parecida a las criaturas de la película «Parque Jurásico».
El artículo que da cuenta de este hecho, lo escribió Verónica Greenwood para la sección Ciencia del Times, del 6 de junio de 2023.
Pero ya desde ese zoológico de Costa Rica, se había difundido que en enero de 2018 una hembra de cocodrilo que había estado viviendo sola durante dieciséis años, puso huevos.
Los huevos de hembras sin machos suelen ser estériles y no se desarrollan.
Y se ha descubierto que eso acontece en animales tan diversos como la cobra real, el pez sierra y los cóndores de California, pero no se había visto en cocodrilos.
A propósito de este caso, el doctor Warren Booth, entomólogo y profesor asociado de Virginia Tech cuya especialidad es estudiar a las chinches, pero con mucho conocimiento sobre partenogénesis en aves, lagartos y serpientes, expresó que pudiera ser que todo este grupo de animales heredara esa característica de un ancestro común.
Y que debido a que los cocodrilos evolucionaron mucho antes que otros animales partenogenéticos modernos, hay preguntas sin resolver sobre los que vivieron entre medio.
Agregó que algunos partenógenos pueden sobrevivir hasta la edad adulta y aparearse, pero no siempre resultan criaturas muy sanas.
Y como ahora se cuenta con muchas facilidades para poder analizar su ADN, se está demostrando que no son tan raros y que la partenogénesis está mucho más extendida, de lo que el común de la gente piensa y no es necesariamente, una respuesta al estrés por la soledad o a la falta de pareja.
