La localidad alemana de Oederan, en el estado de Sajonia, es conocida por sus telares. Ahora una exposición que gira sobre el ajedrez une telares, vestidos y piezas.
El ajedrez es actualmente objeto de una exposición en el Museo del Tejido (Die Weberei, en Markt 6). La especial muestra lleva por título ‘Ocho cuadrados’, en alusión al más que milenario juego, y coincide con el aniversario de los 90 años de la creación en 1934 del club local, bajo la denominación TSG Oederan.
Además del citado club local, muchos particulares ofrecieron piezas, mesas y tableros artesanos, procedentes de diferentes países y épocas, para su muestra. Ya en el siglo XIX se fabricaban juegos de ajedrez en la zona.
Del mismo modo, se exhiben piezas y trajes con cuadros en forma de tableros de ajedrez, que realizaron talladores del pueblo de Borstendorf, siguiendo la tradición del maestro Horst Schreiter, y estudiantes de la Facultad de Artes Aplicadas de Schneeberg, con motivo de la Olimpiada de Dresde de 2008.
Una explicación añadida: el cercano pueblo de Borstendorf (1300 habitantes), perteneciente al municipio de Grünhainichen, tiene como escudo un tablero de ajedrez con la pieza de un rey negro. Es debido a que allí se fabricaban tableros.
En 1937 se decide incorporar el ajedrez como materia obligatoria en la escuela, a semejanza del conocido como pueblo del ajedrez, Strobeck. También colaboró con la Olimpiada de Ajedrez celebrada en Leipzig de 1960.
Pero volviendo a Oederan, las partidas también estuvieron presentes en las instalaciones museísticas, así del pasado 9 al 12 de mayo se disputó el Campeonato femenino de ajedrez de Sajonia, con la presencia de diez jugadoras. El triunfo fue para la maestra internacional Anita Just, de 57 años, seguida por la jugadora local Martina Nobis, de 65 años, que logró hacerle tablas.
También se celebró el pasado 1 de junio el Primer Abierto Juvenil de Oederan, que contó con 25 jugadores, coincidiendo con los veinte años de la refundación del Museo.
El club local organiza un torneo de ajedrez en Navidad que alcanzará este año su 64º edición y que se celebra en los locales de la panadería local. Su última edición contó con 32 participantes siendo ganada por Robert Wetzel, jugador de 41 años y con un Elo de 2100.
Además hay que mencionar al autor de problemas de ajedrez e hijo de la localidad, Rolf Richter (1941-1988) que jugó en el equipo local. Desde 1961, estudió e ideó problemas sobre los 64 escaques con tres y más movimientos, y de jaque mate, ganando incluso varios premios al respecto como en Suiza en 1983.
La exposición ‘Ocho cuadrados’ se prolongará hasta el domingo 20 de octubre y está abierta de martes a viernes de 10 a 17 horas. El precio es de cuatro euros, estudiantes y discapacitados, la mitad, dos euros.
El museo es único y muestra una colección del tejido sajón y su historia en una extensión de mil metros cuadrados. También ofrece una variedad de cursos prácticos sobre tejido, hilado y textiles.
Del mismo modo cuenta con una histórica imprenta con cajas tipográficas y antiguas máquinas de impresión.
Fue fundado en 1909 y estuvo alojado en seis casas diferentes durante varias décadas hasta que, refundado en 2004, encontró su sede actual en Markt 6. En 2014 forma parte de la red de cultura industrial de Sajonia.
Oederan cuenta con 7700 habitantes. Como curiosidad es la localidad natal del escultor polaco Igor Mitoraj (1944-2014) y de la actriz y primera mujer, Minna (1809-1866) del conocido compositor y director de orquesta, Richard Wagner (1813-1883) de la que se separó en 1862 y que le inspiró la obra ‘El holandés errante’.
Por otra parte, y hasta el domingo 13 de octubre, también sigue abierta la muestra ‘Ajedrez y porcelana. El mundo en 64 casillas, todo el universo del juego’ en el Museo Estatal de Porcelana Alemana (Porzellanikon) en la localidad de Hohenberg an der Eger, en Baviera.
Recientemente se desarrollaron actividades paralelas como un festival, en colores blanco y negro, en el jardín del Museo donde participaron numerosas familias donde, además de actuaciones musicales, había pulseras, collares, broches, e incluso pequeños juegos de ajedrez para llevar, del mismo modo se podían pintar las uñas en blanco y negro.
Los niños podían disfrazarse como trebejos de ajedrez y diferentes atracciones se referían directamente a piezas, como el paseo en poni para niños, adornado como la figura del caballo; un concurso de construcción de torres servía para interactuar de forma creativa usando bloques de espuma coloridos o se podían sentar como un rey o una reina.
Por último, evidentemente, no podía faltar el café con pastel o tarta ajedrez.
