Con Brigitte Bardot desaparece un icono del cine del siglo veinte

Sólo había que decir BB, escribir esta letra dos veces, para que todo el mundo supiera que se trataba de Brigitte Bardot. Fue el más destacado icono erótico de los años sesenta y un referente estético para los cineastas de la nouvelle vague y los intelectuales de la gauche divine («atrae a los idólatras en un tiempo sin dioses», escribió Jean Cocteau).

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Para los críticos de cine reunía en su persona el atractivo sexual de Marlene Dietrich y el glamour de Ava Gardner.

En 1953, durante la celebración del Festival de Cannes, una Brigitte Bardot de diecinueve años pisaba la playa de La Croisette ataviada con un bikini para promocionar una película de Willy Rozier, un gesto que causó excitación e indignación a partes iguales y puso de moda la famosa prenda, sancionada entonces en el Código Hays de Estados Unidos, condenada por el papa Pío XII y prohibida en países como Italia, Bélgica o España.

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En una época en la que el cine fabricaba sueños y estrellas, otra de sus películas «…Y Dios creó a la mujer», dirigida Roger Vadim, entonces su marido, reveló al mundo en 1956 la imagen de una belleza irrepetible. Por su contenido erótico la película escandalizó en los círculos conservadores franceses.

En Cannes, ese año Brigitte Bardot fue el principal atractivo del certamen y eclipsó la presencia de Gina Lollobrigida, que venía monopolizando la atención de periodistas, fotógrafos y espectadores del festival.

En los años sesenta, directores importantes del cine francés le dieron papeles en sus películas. Jean-Luc Godard la hizo protagonista de «Le Mépris», donde exhibió su cuerpo desnudo, y Louis Malle de «Viva María», con Jeanne Moreau y George Hamilton.

A sus éxitos en el cine se sumó el mundo de la canción de la mano de Serge Gainsbourg (Bardot grabó «Je t’aime moi non plus» mucho antes que Jane Birkin). Desde entonces, 45 películas más la convirtieron en un mito cinematográfico del siglo veinte y en icono sexual de aquella década. Hollywood la reclamó para películas con Kirk Douglas y James Stewart.

Brigitte Bardot nació en una familia de clase alta el 28 de septiembre de 1934. Había estudiado ballet y danza con la actriz Leslie Caron, que descubrió los valores de aquella jovencita sexy poco dotada para la danza pero de una belleza excepcional. Fue ella quien la introdujo en el mundo del cine, primero con papeles secundarios y poco a poco con mayor presencia.

Su partenaire en «… Y Dios creó la mujer» era Jean-Louis Trintignant, un actor ya consagrado entonces. Terminado el rodaje se convirtió en la nueva pareja de Bardot, quien abandonó a Roger Vadim aunque nunca llegó a casarse con el actor. Con quien sí se casó fue con otro actor, Jacques Charrier, con el que tuvo su único hijo, Nicolás, a quien después del divorcio tardó años en volver a ver y con quien nunca llegó a tener una relación cercana.

A continuación entró en un vertiginoso cambio de parejas entre las que estuvieron el play boy Gunter Sachs, el actor Patrick Gilles y una inacabable sucesión de artistas, escritores y cantantes, entre los que destacó el romance con Gibert Bécaud. Tras varios intentos de suicidio encontró la estabilidad con Bernard d’Ormale, un dirigente del Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen.

Sorprendentemente, Brigitte Bardot se retiró en 1973, cuando la edad amenazaba su imagen de sex-symbol pero aún tenía dotes seductoras de mujer madura. Se alejó del cine y de los focos y se convirtió en activista por los derechos de los animales y en militante del Frente Nacional, un gesto que derribó la imagen idealista que muchos tenían de una mujer que deseaban que encarnase los valores de aquella década prodigiosa del Mayo del 68; en fin, de quienes pensaban en ella como protagonista de otra «Libertad guiando al pueblo» de un nuevo Delacroix.

Todo lo contrario. Crítica con la inmigración y el Islam, defensora del movimiento antivacunas, portavoz de las ideas más reaccionarias, llegó a ser sancionada varias veces por delitos de odio. Su ideología ultraderechista incluso le hizo rechazar en 1985 la Legión de Honor porque se la daba el Gobierno socialista de Miterrand.

Pese a todo, Descanse en Paz. Con sus películas Nos dio momentos gratificantes.

Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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