La capital rusa ya no figura entre las ciudades más caras para los turistas y ocupa el puesto 15 en Europa en cuanto al coste de un día turístico, informó el alcalde de Moscú, Serguéi Sobianin.
“El año pasado el número de turistas alcanzó su máximo histórico de 5,6 millones de personas. Es grato que ya no figuremos entre las ciudades más caras para los viajeros. En cuanto al coste de un día turístico Moscú se sitúa en el puesto 15 gracias a que todos los años ampliamos nuestra red de hoteles”, recalcó.
Señaló que en 2013 aparecieron 1400 plazas hoteleras de diferente nivel.
Por su parte, el jefe del Comité de Turismo de Moscú, Serguéi Shpilko, destacó que la capital rusa rebajó los precios estas Navidades atrayendo a un mayor número de visitantes.
Indicó además que este año la ciudad aumentó el número de autobuses y barcos turísticos e introdujo un nuevo billete de trasporte que permite viajar en ellos durante dos días con intercambios no limitados.
Me alegro de esta noticia y que ojalá siga bajando el costo de este destino para alguna vez intentar ir, quizás, por esos lados; aunque sí de Rusia se trata empezaría por San Petersburgo como ciudad y su historia, y Kurks (por la famosa batalla de tanques de la Segunda Guerra Mundial, lo histórico), a lo mejor hacer la ruta por el Transiberiano, por la novedad del recorrido ferroviario que debe ser el más largo del mundo. A de ser posible, estar en el sitio, o lo más parecido que fuera, donde el Príncipe Alexander Nevsky derrotó a los caballeros teutónicos en el siglo XIII en la batalla sobre el hielo (encima de un lago helado). Conocer los lugares de las vidas de Chejov, Tolstoi, Dostoievsky, Chaikovski, Prokofiev, y los sitios que los inspiraron. Moscú me hubiera interesado realmente más en época de la guerra fría, incluyendo a la vez el lejano cosmódromo de Baikonur, justamente por el secretismo y paranoia de entonces. El lugar donde fue derribado el U-2 de Powers y llegó a tierra en paracaídas (para formarme una opinión más directa de ese incidente).
Hoy en día, más que en Plaza Roja, Kremlin, en fin, pienso en el Teatro Bolshoi, pero más que en rol de turista en misión asumida de fisgón (ver ensayos, detrás de la escena).
Quizás sentarme en una butaca pensando (solo eso) que es la misma del protagonista del cuento «La muerte de un funcionario público» (Chejov). O bien caminar por alguna escondida callejuela como las recorridas por Raskolnikov en «Crimen y Castigo».