“La muerte llega tarde o temprano, en el caso de que sea natural, forma parte de nuestra vida y no podemos mirar para otro lado”… decía hace un año.
Pedro Zerolo siempre miró de frente. Nadie puede decir que no mirara de frente, que no fuera un hombre que salió a la plaza a torear a la vida porque tuvo a personas en contra, fue en contra de lo que era políticamente correcto y todo cuanto hizo lo hizo por derecho, por los derechos de las personas, por la igualdad de los seres humanos. En su discurso cabían todos, y por todos luchó desde sus filas.
Cuando las personas se enfrentan a los hechos, las victorias se suceden y la suya fue de siempre una lucha con coherencia y bondad. Lejos de los prejuicios de la época y de lo que era aprobado o no, siempre habló claro de sus armarios; porque fueron dos. Primero al decirle al mundo que amaba a un hombre que le acompañó en su camino, llamado Jesús Santos y luego al decirle a la gente que el cáncer era una enfermedad contra la que se podía luchar. Se casó de iure aunque de facto amaba a ese hombre desde hacía 18 años; «el amor lo puede todo», decía.
Su melena rizada se convirtió en su identidad en aquellos días de vino y rosas para luego dejar al aire una calva y una sonrisa que invitaba a propios y a extraños a convertir el cáncer en lucha. Y se ha ido hoy. Esa maldita enfermedad que arrasa a cualquiera si te toca. Y le ha tocado a tantos… Poeta y escritor, hombre de una extrema sensibilidad que no creía en Dios pero sí en los que ayudan en nombre de Él.
«Si me encontrara con Jesús de Nazaret le hablaría de la Diosa Razón», añadía. Ateo y republicano creyó en otra España posible, en otra que comenzó y que no verá ya.
Este hombre que siempre luchó por los derechos de las personas, contra la pobreza infantil, por los valores y la igualdad entre hombres y mujeres y en un día de junio, apenas días después de sacar adelante su proyecto para Madrid, se va, dejando un legado que nadie puede arrebatarle. Lo más fácil es hablar de su actividad dentro del colectivo de gays y lesbianas, pero lo único es que, aparte de apoyarlos, adoptó un lenguaje moderno dentro del castellano al no hablar de hombre y mujer sino de cónyuges, en vez de padre y madre, progenitores. Hablaba siempre en voz alta de los derechos entre hombres y mujeres, del matrimonio igualitario, de la igualdad entre las personas sean o no del mismo sexo. Su último tuit hablaba del #BastaYa ante una noticia del asesinato de una mujer a manos de un hombre; el machismo mata.
Zerolo era el número tres de la candidatura del PSOE a la comunidad de Madrid en las pasadas elecciones del 24M. Nadie diría que con su enfermedad apostara por seguir aunque muchas mañanas dijera “hoy no me puedo levantar”. Lo hacía, claro que sí. Miembro de la Ejecutiva Federal del partido Socialista Obrero Español y secretario de Movimientos Sociales y Relaciones con las ONG del partido fue el activista más mediático y más auténtico de las filas de la organización. En su Twitter hablaba de sí mismo como activista, socialista, republicano, laico, feminista, ateo, migrante, federalista, lgtb, latino, abogado.
“Tu cuerpo puede llenar mi vida como puede tu risa, volar el muro opaco de la tristeza”
Ese día tuiteó su cáncer con un verso, uno que no sabemos hacerle hoy cuando le acompañamos en su marcha aún, tan joven. Quizá todo sea por algo y la Diosa Razón se lo lleve a ver si arregla las cosas un poco más arriba; nunca se sabe.
¡Hasta pronto Pedro, que en la otra vida te den todo lo mejor por cuanto hiciste por las personas! ¡Buen viaje! Una rosa roja está en tu sitio para siempre, tu lucha no ha sido en vano.
Descansa en paz.
