La Unión nació a mediados del siglo XIX con la reactivación de la industria minera abandonada tras el desplome del Imperio Romano. Nombre que se debe a la unión de varias pedanías, especialmente La Herrería y El Garbanzal, para independizarse de Cartagena y constituirse en cabeza de la minería de la zona. Unas 1200 minas lo atestiguaron hasta su cierre definitivo, por falta de rentabilidad extractiva entre los años setenta y noventa del siglo pasado.
La Unión, que tiene rango de ciudad, nació próspera y de ello da testimonio su arquitectura modernista, que cuenta con dos joyas: La Casa del Piñón, hoy en día Ayuntamiento, Museo Minero, Museo del Cante de las Minas y Oficina de Turismo, edificada en 1905 por el industrial minero Joaquín Peñalver Nieto, apodado El Piñón por su corta estatura. Está declarada Bien de Interés Cultural. Y sobre todo, la joya de la corona, el antiguo mercado público, inaugurado en 1907, una impresionante estructura de hierro y vidrio diseñada por Víctor Beltrí, y desde 1978 sede del Festival del Cante, o como lo llaman los unionenses la Catedral del Cante.
Otros edificios notables, la Casa Cortés de 1906, modernismo de raíz catalana; el edificio El Progreso, de 1880, antiguo centro de reunión y recreo de la burguesía unionense y que hoy en día alberga varios servicios municipales. O el Antiguo Liceo de 1901, que fue un centro para la educación de los obreros y de sus hijos.
La casa Zapata Maestre de 1899, que debe su nombre al industrial minero más poderoso de la sierra, en la actualidad Casa de la Juventud municipal.
Todo, incluso la iglesia de la patrona de la minería de La Unión, Nuestra Sra. Del Rosario es una muestra de la prosperidad de la comarca. Finalizada en 1902 es un templo monumental de tres naves y cúpula revestida de tejas de mármol. No podía faltar en ella además de la patrona, un Cristo de los mineros, además de otras imágenes que procesionan en la Semana Santa Minera de La Unión, declarada Fiesta de interés turístico regional, que incluye un Certamen Nacional de Saetas que se celebra en la noche del miércoles santo.
No se puede pasar por La Unión sin sumergirse en el Parque Minero, con visita al interior de la mina de pirita Agrupa Vicenta, la mina visitable más grande de Europa. Es toda una experiencia. Aquí vemos el reverso de la moneda, la vida de los mineros a través de la evolución de los sistemas de extracción, en cualquier caso la vida más dura que uno pueda imaginarse.
La silicosis llegó con la extracción con barrenos, aparentemente más cómoda y sobre todo rápida, pero la que generaba el polvo de plomo que destruía los pulmones de los mineros. El empleo de niños contratados a partir de los 14 años, legal en la España de los años sesenta del siglo pasado, pero también niños más pequeños, hasta de siete años, para arrancar mineral de lugares solo accesibles a personitas muy pequeñas.
Trabajando 365 días al año, durante mucho tiempo sin seguros sociales, seguridad laboral inexistente, ni cascos ni calzado adecuado, una especie de sandalias de esparto. Salarios de miseria que ni siquiera cobraban en dinero, sino con vales de comida, ropa, incluso vivienda propiedad de la sociedad minera y tiendas igualmente de la propiedad de la mina. Negocio redondo. Hasta los años sesenta no consiguieron el descanso dominical.
Aquí se entiende el nacimiento de los cantes mineros, los que hablan de sufrimiento, el quejío por la terrible dureza de sus vidas. Los cantes de la Unión los mueve el viento cuando salen de la mina. Mineras, cartageneras, tarantas y tarantos, murcianas, levanticas… Al trabajo en las minas acudieron muchos andaluces que trajeron sus tradiciones de cantes.
Y surgieron cantaores en la sierra minera, auténticos iconos locales: Pencho Cross, Antonio Fernández, cantaor y guitarrista; su hija Encarnación Fernández fue Lámpara Minera hace años. Fanegas, Guerrita y el ayer galardonado ¡a sus 82 años! con una Lámpara Minera honorífica, Niño Alfonso, cantaor y minero, Alfonso Paredes García. Su hijo, todo un icono en la vida unionense, Paco Paredes, hizo una sentida presentación de su padre. Paco es un notable flamencólogo, miembro destacado de la Escuela Trovera de la Unión, Presidente de la Asociación Cultural El Malacate Flamenco. Un auténtico personaje local, pero no el único.
Al aire de la minería surgieron instituciones culturales y de entretenimiento. La Tertulia Literaria Mesa – Café, celebrando este año sus cincuenta años de historia, que tuvo su origen en el famoso y ya desaparecido Bar Pagán, – en el que se servían tostas mineras -, de la mano del escritor y periodista unionense Pascual García Mateos, que llevaba en sus venas ‘la esencia de esta tierra minera y cantaora, donde el polvo del carbón ahoga el quejío y a su vez engrandece el sentimiento minero.’ Su hijo Federico García Marín, actual presidente de Mesa – Café, inauguró el pasado día 4 en el salón de actos de la Casa del Piñón el Café Cantante en homenaje a la Asociación Mesa – Café en su 50 aniversario. De Mesa – Café surgió la Escuela del Trovo de La Unión, que consiste en repentizar quintillas y décimas y establecer ‘piques’ entre troveros, parejas, cuartetos o más, cantadas o recitadas.
La consagración de esta Escuela del Trovo llega mediante un convenio con la Fundación Cante de las Minas. Dice Federico, “mi padre fue un icono cultural dentro y fuera de La Unión. La Mesa – Café surgió de un grupo de amigos que se ha mantenido a lo largo de los tiempos, aceptando peticiones de aquí y de allá, todos bien avenidos, con presencia de siete alcaldes en los últimos años. Tienen entre otras cosas un archivo fotográfico de miles de fotos, artículos y otros, que ponen a disposición del Ayuntamiento de La Unión, oferta hecha aquí a su alcalde, el socialista Pedro López Milán que éste acoge encantado. El alcalde es también Presidente Ejecutivo de la Fundación Cante de las Minas.
Se notan, se sienten relaciones muy estrechas entre los unionenses. Tengo el placer de conocer a Juan Pagán, nieto ya entrado en canas de aquel dueño del Café Pagán donde nació la Tertulia Literaria Mesa – Café. Es fotógrafo del digital La Unión de Hoy y testimonio vivo de toda la fascinante historia de esta ciudad de poco más de siglo y medio de vida. Me dice, ‘soy una persona muy querida en La Unión’. Tan querida como Paco Paredes y familia, o el minero jubilado galardonado con el Homenaje al Minero, José Urrea Nicolás, o la viuda de minero Dolores Sánchez López también receptora de este homenaje. O José Vidal García, un artista autodidacta en silla de ruedas, autor de dos maquetas monumentales que ocupan lugar de honor en el Museo Minero; una del Mercado hoy Catedral del Cante y la que acaba de presentar esta misma mañana de la Mina Montserrat en el Cabezo Rajao, una estructura exterior e interior de una mina con todos los detalles de sus actividades, desde el castillete hasta las galerías más profundas, obreros incluidos. Se da la circunstancia de que José Vidal no ha bajado jamás a una mina. Sin palabras.
Para terminar – por ahora – con esta inmersión en La Unión, su sierra minera, el origen de sus cantes que sin la minería no hubieran existido, ni los cantes ni las minas ni la ciudad de La Unión, todo ello está irremediablemente imbricado, una referencia al pregón magistral que el viernes 4 de agosto hizo la pregonera de lujo de esta 56 edición del Festival, Blanca del Rey, la reina del Corral de la Morería de Madrid.
Del larguísimo y emocionado pregón de Blanca se puede destacar su descripción de los cantes mineros, sangre del pueblo, amor en clave de ritmos, sufrimiento cantado con jonduras increíbles. Los cantes mineros son la vida en la mina, jugarse la vida cada minuto, amargura de saberse imprescindibles sin recibir el reconocimiento merecido.
Blanca pone el énfasis en las diferencias rítmicas con respecto a su origen. La Cartagenera deriva del fandango pero ha adquirido su ritmo diferenciador. La Minera también tiene orígenes en el fandango pero ha derivado a ritmos de Taranta y así sucesivamente. Una muestra de minera tomada del Museo Minero: Al puerto de Cartagena/no paran de llegar barcos/pa cargar en sus bodegas/el fruto de mi trabajo/que tanto sudor me cuesta. Y otra: La ‘minera’ es oración/es dolor y es alegría/hay que cantarla en La Unión/abriendo una galería.