crónica realista de una separación
Tras su paso por la Quincena de realizadores de Cannes en el mes de mayo, llega ahora a las pantallas comerciales en Francia “L’economie du couple”, (la economía de la pareja) octavo largometraje del francés Joachim Lafosse (Concha de plata al mejor director 2015 en San Sebastián por su anterior película “Les chaveliers blancs”).
Crónica realista de la separación de una pareja, “l’economie du couple” filma el conflicto entre María y Boris, un matrimonio con dos niñas gemelas, que ha decidido separarse, pero que dadas las dificultades económicas del marido se ven obligados de cohabitar bajo el mismo techo.
La película transcurre en gran parte en ese huis-clos, que es la casa familiar, propiedad de María, pero en la que Boris ha invertido su trabajo personal, haciendo el mismo las obras de restauración. Detalle importante pues como en todo divorcio resurgen con fuerza los intereses financieros y los reproches mezquinos.
Ella heredó la casa de su familia, pero él aportó con su trabajo una importante plusvalía. Sus orígenes sociales son también determinantes en este conflicto, pues el marido se siente humillado tras quince años de vida conyugal.
Joachim Lafosse filma con brío, y largos planos secuencias ese enfrentamiento cotidiano entre los conyugues, del que son testigos y víctimas colaterales las dos niñas pequeñas.
El guión bien construido sabe mantener el suspense en esa tensión permanente, sin caer en el exceso, filmando su intimidad como a través de una ventana indiscreta.
Pero para que ese realismo funcione y sea creíble, el rigor del casting y la interpretación de sus actores es evidentemente esencial. En el reparto: Berenice Bejo, Cedric Khan y Marthe Keller, además de las dos gemelas que participan con absoluta naturalidad en esta trama.
En el excelente mano a mano entre Bejo y Khan, una brillante secuencia coral se intercala también en el relato: una cena entre amigos, a la que se invita Boris, creando una palpable tensión, en esta historia de ruptura y desamor.
María es Berenice Bejo, actriz francesa de origen argentino que se destacó por su papel en “The artist” 2011, realizada por su marido, Michel Hazanavicius, o en “El pasado” 2013, del iraní Asghar Farhadi. Aquí interpreta ahora el papel de una mujer que ya no soporta al padre de sus hijas, al que considera inmaduro e irresponsable.
Boris es el actor y director francés Cedric Khan, un hombre hosco, que adora a sus hijas y que no acepta ser “expulsado” y despreciado por su esposa. Lo único que todavía les une es, pues, el mutuo amor por sus hijas.
Lejos de todo sentimentalismo llorón, Lafosse filma esa intimidad de forma contenida, con momentos de calculada y lograda emoción, como cuando bailan los cuatro juntos escuchando “Bella”, la canción de Maitre Jims.
Nada sabemos de los motivos de la ruptura, ni del pasado de esos dos personajes, salvo la alusión a su origen social, pero lo que Lafosse filma es sobre todo el conflicto real y sus consecuencias, en esta sociedad contemporánea que resume bien un diálogo en boca de Marthe Keller, la madre de María, quien no ve con buenos ojos la actitud rígida de su hija.
“Antaño todo se reparaba, los electrodomésticos, las cosas, y ahora todo se tira al cabo de poco tiempo… con la pareja es igual, en cuanto no hay deseo sexual, la pareja se separa… pero la amistad es un sentimiento que puede perdurar”. Dice la madre a su hija.
En la ceguera mutua del enfrentamiento conyugal, la inocencia de las gemelas y la reflexión del personaje de Marthe Keller son en cierto modo la conclusión moral de esta brillante crónica realista sobre el divorcio y la ruptura sentimental.
