El municipio malagueño de Benalmádena se ha convertido en el segundo de España en contar con un monumento conmemorativo del genocidio armenio. Se ubica en el parque de la Paloma, donde se instaló un jachkar (literalmente, cruz-piedra en armenio). El primero se instaló en 2010 en Mislata, Valencia; ahora, seis años después otro municipio español se suma a este recordatorio.
Hay que aclarar que las cruces grabadas en piedra de origen volcánica autóctona conocida como tuf están presentes en todo el territorio de la Armenia histórica y en la hoy República de Armenia.
Los primeros jachkares aparecieron en el siglo IX, durante el periodo de renacimiento armenio que siguió a la liberación del dominio árabe. El jachkar más antiguo que se conoce fue esculpido en el año 879 y en la actualidad quedan unos 40 000. Los jachkares son parte de la tradición histórico artística armenia. Es un arte milenario cuya técnica ha sido reconocido como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco desde 2010.
El pasado mes de agosto el pleno que preside el alcalde socialista de Benalmádena, Víctor Navas, aprobó por unanimidad una resolución de condena del genocidio armenio, como también hizo recientemente Marbella. En dicha resolución, la corporación aceptaba además la donación del jachkar que un grupo de ciudadanos ha sufragado como muestra de agradecimiento, siendo inaugurado el pasado sábado 8 de octubre. En Málaga se calcula que residen unos 200 armenios.
Navas recalcó el compromiso de su ciudad con la convivencia y la tolerancia ya que acoge más de un centenar de nacionalidades e incluso cuenta con un departamento de Extranjeros: “Benalmádena siempre ha sido un municipio abierto y tolerante, en el que conviven en armonía y respeto cientos de nacionalidades y todos los credos religiosos. Queremos que un pueblo tradicionalmente olvidado por la historia como es el armenio sienta Benalmádena como su hogar”, destacó el alcalde durante el acto.
El embajador de Armenia en España, Avet Adonts, agradeció la sensibilidad del alcalde y del resto de fuerzas políticas que apoyaron este reconocimiento y expresó el deseo de que el conocimiento de la historia «sirva a la humanidad para construir un futuro mejor».
Un sacerdote ortodoxo armenio ofició un ritual de bendición de la cruz y el violinista Yuri Petrossian interpretó la pieza Krung de Komitas Vardapet (1869-1935), un compositor que perdió la razón tras presenciar las matanzas del genocidio armenio en Turquía.
Otra ciudad andaluza vinculada con Armenia es Cádiz, se recuerda que sobre el año 1670 tres comerciantes armenios, Jácome, David y Pablo de Zúcar, donaron a la iglesia de Santa María una colección de azulejos holandeses y la pila de agua bendita, ambas del siglo XVII, que decoran la capilla de Nuestro Padre Jesús Nazareno, donados a la cofradía por los citados hermanos de origen armenio, como se puede leer, tanto en castellano como en armenio, como símbolo de su conversión al catolicismo.
Un decreto real de 1685 les concedió el derecho a permanecer en España, a pesar de la orden de expulsión del rey Carlos II, y durante más de dos siglos hay constancia de presencia de comerciantes de origen armenios en Cádiz y Sevilla, procedentes de Ragusa, actual ciudad croata de Dubrovnik.
La Asociación de Armenios en España acudió a Cádiz en mayo de 2011 para recordar esa unión entre los dos pueblos, que no solo fue comercial, ya que la iglesia de Santa María representa un hogar de acogida que los dispensó de su deportación tras demostrar que se habían convertido a la religión católica. El vicario general de la Iglesia apostólica armenia en España y Portugal, el padre Sasoon Zumrookhdian, ofició una eucaristía según su propio rito.
Se calcula que en España residen algo más de 40.000 armenios, instalados la mayoría en Valencia (14.000), Barcelona (12.000) y Madrid (8.000).
El genocidio armenio es reconocido por 29 países. España no lo reconoce pero sí lo han hecho cinco comunidades autónomas, Aragón, Cataluña, País Vasco, Navarra e Islas Baleares.
Naciones Unidas en 1985 y el Parlamento Europeo en 1987 han hecho expreso reconocimiento del genocidio en sucesivas resoluciones.
Los historiadores estiman que hasta 1,5 millones de armenios murieron a manos de turcos otomanos entre 1915 y 1923, un suceso que muchos académicos consideran como el primer genocidio del siglo XX. Fue hace poco más de un siglo, en abril de 1915, durante la Primera Guerra Mundial.
El papa Francisco junto al patriarca Karekin II, jefe de la iglesia apostólica armeniaEn el mes de junio de este año, el papa Francisco hizo una visita de tres días a Armenia, primera nación cristiana, para condenar de nuevo el genocidio armenio: “Aquella tragedia, aquel genocidio, por desgracia, inauguró la lista de las terribles catástrofes del siglo pasado, causadas por aberrantes motivos raciales, ideológicos o religiosos, que cegaron la mente de los verdugos hasta el punto de proponerse el aniquilamiento de pueblos enteros”.
En 2010, coincidiendo con el aniversario del genocidio, el papa Francisco, siendo arzobispo de Buenos Aires, colocó un jachkar en la Catedral Metropolitana de la capital argentina, expresando al arzobispo Kissag de la Iglesia Armenia su voluntad de ser enterrado bajo dicha piedra cuando fallezca.
