Una exposición en el Museo del Prado de Madrid reflexiona sobre la historia de la pintura a través de cuadros de su colección
Una película que dejó huella inolvidable en los espectadores fue aquella de Woody Allen titulada “La rosa púrpura de El Cairo”, en la que su protagonista atravesaba la pantalla para integrarse en el mundo real y conocer a aquella espectadora enamorada (Mia Farrow) que una y otra vez se sentaba en una butaca para contemplarlo.
Pere Borrell i del Caso. Huyendo de la críticaAquel recurso tan sorprendente y original utilizado por Woody Allen resulta que no era tan nuevo, a la vista de algunos cuadros que estos días se pueden ver en la exposición “Metapintura” del Museo del Prado. Así, en el autorretrato de Bartolomé Esteban Murillo, de 1668, una de sus manos sobrepasa el marco de la pintura, y en la obra de Pere Borrell i del Caso “Huyendo de la crítica” (1874), un niño está a punto de salir del cuadro y ya tiene parte de su cuerpo a este lado de la pintura.
“Metapintura” es una exposición que reúne obras que tratan de pintura y de pintores, de espacios para la pintura (museos, salas de exposiciones), de lugares en los que se crea (talleres, academias) y se almacena (estancias de coleccionistas, depósitos) y, en fin, de retratos y autorretratos de pintores.
Una lección de historia del arte
El recorrido es al mismo tiempo una lección sobre la historia del arte a lo largo de los siglos que van desde los albores de la Edad Moderna hasta 1819, el año en que se creó el Museo del Prado. El objetivo es que estas obras sirvan no sólo como ventanas sino también como espejos del arte y de sus prácticas.
Además de algunos préstamos de otras instituciones, una gran parte de las obras de esta exposición son propiedad del Museo del Prado; algunas procedentes de almacenes y depósitos y otras que los visitantes hemos contemplado muchas veces en las galerías de la pinacoteca, pero situadas ahora en contextos que les proporcionan una nueva dimensión.
El recorrido de la exposición, que ocupa dos grandes salas del museo, se inicia con los orígenes religiosos y mitológicos de la pintura, un arte que la religión utilizó históricamente como instrumento de su dogma. A través de la analogía de Dios como pintor se elevaba la categoría del artista al tiempo que se comparaba el acto de la creación con una obra de arte: “Cristo crucificado contemplado por un pintor” de Zurbarán, “La Santa Faz” de El Greco, “San Lucas pintando a la Virgen” de Vasari, “La invención de la pintura” de Matías de Arteaga. Prometeo, Narciso, Dédalo… están también presentes en la sección en el apartado de mitologías.
Hay también en esta exposición un homenaje explícito a Cervantes en el 400 aniversario de su muerte, en la sección “El Quijote y Las Meninas”, dos obras de referencia del Siglo de Oro con similitudes extraordinarias (el Quijote es también una narración metaliteraria). En “El poder de las imágenes” se han colocado obras a las que se les han atribuido poderes religiosos o mágicos (“Cortés manda destruir los ídolos”, de Miguel y Juan González), y en “La pintura como signo” se muestra la metapintura en todo su esplendor: cuadros dentro de otros cuadros que enfatizan el poder devocional del arte, trampantojos… se trata de un imaginativo homenaje al libro de Julián Gállego “El cuadro dentro del cuadro”. En la sección “Los límites de cuadro” se plantea el tema del ilusionismo, del cuadro como ventana hacia el interior y prolongación al exterior en un intento de superar sus límites bidimensionales, como el de Pere Borrell citado.
El artista creador
La segunda parte del recorrido se centra en las relaciones entre arte, historia y tradición y en el papel del artista creador, tomando como referencia la figura y la obra de Tiziano (aquí está su autorretrato), y de Velázquez, en cuyas “Hilanderas” Palas y Aracne discuten ante un tapiz del “Rapto de Europa” original del artista veneciano. “El rostro del arte” está ocupado por retratos y autorretratos que han legado a la posteridad la imagen física, síquica y mediática de los artistas aquí representados: Tiziano, Murillo, Bernini, Goya. “Los lugares del arte” está dedicado a aquellos espacios de aprendizaje y creación de las artes y a aquellos otros para los que estaban destinadas las obras de los artistas.
Para terminar el recorrido se propone un espacio para la reflexión sobre el arte en España desde la Ilustración, con Goya y Jovellanos como figuras centrales de la creación y el pensamiento que dieron lugar al concepto moderno de la historia del arte y a la representación de los nuevos mitos: el amor, la muerte, la fama, el cambio de estatus del artista y los nuevos héroes. La exposición se cierra con la escultura “Cristo yacente” de Agapito Vallmitjana para la que le sirvió como modelo el rostro del pintor Eduardo Rosales.
- TÍTULO. Metapintura. Un viaje a la idea del arte en España
LUGAR. Museo del Prado. Madrid. Salas A y B
FECHAS. Hasta el 19 de febrero de 2017
