Francisco Barbieri: personalidad desbordantes del siglo XIX español

La Biblioteca Nacional rinde tributo al músico con una exposición su vida y su obra

Uno recorre las instalaciones de la exposición que la Biblioteca Nacional dedica al músico Francisco Barbieri y se traslada automáticamente a otra época, a un siglo XIX de teatros con escenarios barrocos y complejas tramoyas, de gentes ataviadas con elegantes trajes de diseños espectaculares, a talleres de lutier con herramientas de la época, toscas y sencillas, a aquellas tarjetas de visita inventadas por el fotógrafo francés Disdéri que incluían los retratos junto a los nombres de sus portadores.

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Francisco Barbieri

Casi olvidado, excepto por aquellos sectores que aún reivindican la zarzuela como uno de los grandes géneros musicales, don Francisco de Asís Esteban Asenjo Barbieri (1823-1894) fue uno de esos personajes desbordantes del siglo XIX español. Hijo de bailarines italianos que se establecieron en España, atención a la definición que él mismo hizo de su persona: “lego en un convento, estudiante de medicina, aprendiz de ingeniero, alumno de conservatorio, corista, partiquino, director de orquesta, apuntador, contrabandista durante una hora, buhonero en cierta ocasión, director de liceo, músico militar, miliciano nacional, empresario, periodista, bibliófilo, compositor y constante adorador del bello sexo”. Habría que añadir autor de versos pornográficos, gran gourmet y buen bebedor de vino, una afición heredada del negocio vinícola de sus progenitores.

En sus primeros años Barbieri se ganó la vida como pianista de cafés y apuntador de teatro. Su primer gran éxito, “Jugar con fuego” (299 representaciones en un año) provocó una conmoción en el teatro musical español e inauguró una nueva época. Esta primera obra ya lo hizo popular y millonario, fama y fortuna que no le abandonaron nunca. Desde ese mismo momento todos sus estrenos fueron éxitos apoteósicos.

Conocedor de la vida y la cultura europeas (hacía frecuentes viajes por el continente) estaba al corriente de los movimientos artísticos y musicales de la época. De ideología republicana y progresista, estuvo siempre comprometido con los movimientos políticos de su tiempo en una España convulsa cuyos gritos, tiros y manifestaciones se colaban por las ventanas de su casa madrileña de la Carrera de San Jerónimo.

Mantuvo una nutrida correspondencia con Cánovas del Castillo, Sagasta y Castelar y fue amigo del hijo de Mariano José de Larra, Luis, con quien firmó las zarzuelas “El barberillo de Lavapiés “ y “Chorizos y polacos”. Fue el único músico en entrar en la Real Academia Española y en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.

El 18 de febrero de 1894, la misma víspera de su muerte, donó su ingente legado a la Biblioteca Nacional, que entonces dirigía su amigo Manuel Tamayo y Baus. Entre este legado está la mayor colección de libros antiguos sobre temas musicales. Ahora, esta institución ha organizado una exposición en la que se pueden ver muchos de los documentos, partituras, cartas, cuadros, incunables, libros y objetos personales, como una caja de puros, la batuta con la que dirigía sus conciertos o la bandurria que tocaba. Lástima que su colección de instrumentos musicales, entre ellos una antigua zanfoña, se vendiera poco antes de su muerte. Algunos se pueden ver en un museo de Bruselas.

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Barbieri, exposición en la Biblioteca Nacional de España

El hombre, el músico, el político

Dividida en varias secciones, la exposición se inicia con un apartado dedicado al hombre y sus relaciones con políticos, escritores y artistas. Se ha rescatado para la ocasión el retrato que le hizo Cosme de Algarra, localizado en el domicilio de su bisnieta Isabel Kindelán. El cuadro de Esquivel “Los poetas contemporáneos. Una lectura de Zorrilla en el estudio del pintor” resume gráficamente este apartado, que continúa con su obra musical (autor de más de 150 obras, entre ellas 76 zarzuelas) y su activismo ideológico.

Introductor de la música sinfónica en el romanticismo español, su trabajo fue decisivo en la construcción, junto al compositor Gaztambide y el barítono Francisco Salas, del Teatro de la Zarzuela en las antiguas cocheras del Marqués de Salamanca. En 1870 recuperó, recompuso y transcribió el Cancionero musical de Palacio de los siglos XV y XVI en la Real Biblioteca de Madrid, que fue publicado en 1890. Consiguió que en España la música fuera considerada como una parte esencial de la cultura y luchó por legalizar y consolidar los derechos de autor. Su obra musical fue altamente apreciada en toda Europa y en América. En su época estaba considerado como uno de los grandes prohombres de la cultura nacional. Sus zarzuelas “El barberillo de Lavapiés”, “Pan y toros” (las partituras originales se pueden ve en esta muestra) se cuentan entre las más populares del género.

  • TÍTULO. Barbieri. Música, fuego y diamantes
  • LUGAR. Biblioteca Nacional. Madrid
  • FECHAS. Exposición visitada el 11 de mayo de 2017
Francisco R. Pastoriza
Profesor de la Universidad Complutense de Madrid. Periodista cultural Asignaturas: Información Cultural, Comunicación e Información Audiovisual y Fotografía informativa. Autor de "Qué es la fotografía" (Lunwerg), Periodismo Cultural (Síntesis. Madrid 2006), Cultura y TV. Una relación de conflicto (Gedisa. Barcelona, 2003) La mirada en el cristal. La información en TV (Fragua. Madrid, 2003) Perversiones televisivas (IORTV. Madrid, 1997). Investigación “La presencia de la cultura en los telediarios de la televisión pública de ámbito nacional durante el año 2006” (revista Sistema, enero 2008).

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