Nos hemos asomado a la vida a través del amor. Nos hallamos sin tapujos, sin buscar intenciones que no comprendemos. Caminamos.
La existencia es una sucesión de oportunidades que hemos de aprovechar. Llegaremos donde sea preciso. Nos declararemos menesterosos con rescates y peticiones singulares que nos insertarán en el catálogo de la felicidad, que tanto anhelamos.
Nos debemos cantar sin esperar más de la cuenta. Sepamos del momento. Haremos caso al corazón. Nos imaginaremos. Estaremos en contacto.
Todo ocurrirá cuando deba. Va bien ya, aunque a veces las líneas no sean las rectas en los instantes que no comprendemos. Es cuestión de pensar, de tolerar, de apaciguar y de continuar con premisas que nos transformen desde la creencia en lo positivo.
Aceptemos algunos términos y marchemos hacia el futuro saboreando el presente. No todo es como elucubramos, pero tampoco tiene por qué serlo.
La vida se ha interpretar de la mejor manera, sin hacer demasiados planes. Seamos capaces de amar y de sacar partido a cuanto somos y tenemos. Aclarará.