Con mi cariñoso pésame a su hija María Isasi, a su compañero Chema Prado, y a toda su familia, escribo estas líneas con mucha y sincera tristeza al conocer el fallecimiento de Marisa Paredes.
Marisa era muy buena amiga de mi hermano Rafael Feo, poeta, pintor, artista y hombre de cine tempranamente fallecido, y de forma indirecta heredé de esa lejana pero entrañable amistad madrileña cuando, ya periodista en Francia, me dediqué a escribir y a presentar un programa sobre cine en Radio Francia Internacional (RFI), y más tarde también en la cadena Cine Classics de Canal Plus satélite que producíamos desde París.
Mirando en mis archivos personales he encontrado esta entrevista de veinte minutos que hice con ella en 2002 en RFI y que comparto aquí con nuestros lectores.
Y también un artículo en el que hablaba de ella, más recientemente en 2016, con motivo del reestreno con copia restaurada en Francia de «Tacones lejanos» (1991).
Además de ser una actriz genial, en el teatro como en el cine, que no debe nada a nadie, y que ayudó en su carrera a buen número de cineastas nobeles, incluido Almodóvar, Marisa Paredes nos deja el dulce recuerdo de una mujer libre durante y después de la dictadura.
He seguido desde este lado de los Pirineos la carrera cinematográfica de Marisa Paredes, y tuve la ocasión y el placer de entrevistarla en varias ocasiones, sea en festivales de cine como Cannes o San Sebastián, o simplemente a su paso por París, para acompañar un estreno.
Con mucha emoción he visto su compromiso político en estos últimos años contra la amenaza neofascista en Madrid y en el Estado español, pero también contra el genocidio en Palestina, y por la libertad de expresión.
Coincido con múltiples testimonios que leo en internet de sus admiradores y amigos: Marisa era de los nuestros, de esa España que no es súbdita de nadie, de esa España que no baja la cabeza, en todos y muy diversos combates que llevó paralelamente a su carrera artística.
Gracias Marisa por tu compromiso, por lo que nos has dejado en tu prolífica actividad teatral y cinematográfica. Van pues, amiga, estas líneas a guisa de homenaje. Hasta siempre.