Una muestra sobre el gran maestro argentino Héctor Decio Rossetto (1922-2009), con motivo del centenario de su nacimiento, se expuso en la Playa Seca del Teatro Argentino de La Plata (calle 51 entre 9 y 10) el sábado 10 de septiembre 2022.
Se incluyeron en ocho paneles, objetos, fotografías históricas, recortes periodísticos y anotaciones firmadas de partidas históricas, en varias mesas se ubicaron objetos, recuerdos, medallas, cartas y regalos. Desde una caja de madera obsequiada por Ernesto ‘Che’ Guevara (1928-1967) en 1964 hasta telegramas del presidente Juan Domingo Perón (1895-1974) con felicitaciones por los triunfos internacionales.
La muestra fue rescatada gracias a la labor de su hija, la actriz y cantante Cecilia Rossetto, quien vivió en España de 2001-2008, siendo agregada cultural del consulado argentino en Barcelona. La iniciativa también contó con la presidenta del Instituto Cultural Bonaerense, Florencia Saintout y colaboraron Ángela Márquez y Natalia Ferrante.
La directora de la escuela de ajedrez India de Damas, Carolina Hurtado, fue la responsable del torneo de partidas rápidas, libre, abierto y gratuito, en memoria del gran maestro, en el que participaron un total de setenta trebejistas. Precisamente, Rossetto ganó el torneo Ciudad Mar del Plata en 1949 y 1952, mismo año que, en España, obtuvo el torneo de Barcelona y es que ese 1952 consiguió el triunfo en siete torneos.
A este respecto, su hija Cecilia declaró: «me pareció maravilloso, me atrajo muchísimo porque en toda mi vida conocí siempre ajedrecistas hombres. Cuando éramos chicos iban a casa campeones mundiales (…) y cuando íbamos a ver un torneo, donde él jugaba, siempre eran todos hombres. Poder realizar este homenaje con una muchacha joven que tiene una escuela de ajedrez en La Plata es maravilloso».
Rosssetto fue el segundo ajedrecista con más triunfos de la historia argentina tras Miguel Najdorf (1910-1997). Obtuvo cinco veces el campeonato nacional, el primero con solo diecinueve años (1941, 1944, 1947, 1961 y 1972). Fue miembro de la llamada ‘legión dorada’ del ajedrez argentino, en las décadas de los años cincuenta a los setenta junto a otros grandes jugadores como el propio Najdorf, además de Julio Bolbochán (1920-1996), Carlos Guimard (1913-1998), Erich Eliskases (1913-1997), Herman Pilnik (1914-1981) y Oscar Panno, actualmente con 87 años.
Con ellos compartió los equipos que –contando el apoyo explícito de Eva Perón– lograron los subcampeonatos de las Olimpíadas de Dubrovnik 1950, Helsinki 1952, donde consiguió la medalla de oro como cuarto mejor tablero; y Amsterdam 1954, tres de las seis en las que participó.
En su larga trayectoria obtuvo victorias ante los ex campeones mundiales Alexander Alekhine (1892-1946) y Max Euwe (1901-1981) así como unas tablas ante Bobby Fischer (1943-2008). También derrotó a Víctor Korchnoi (1931-2016), Borislav Ivkov (1933-2022) y Ludek Pachman (1924-2003).
Lo mejor es recordar a cien años de su nacimiento sus propias palabras: «El ajedrez fue para mí solamente un medio de subsistencia, tenía talento y lo usé. Podría decir que no fue una pasión aunque fue el centro de mi vida, mi destino. Pero ni siquiera le enseñé a mis hijos a mover las piezas».
En este sentido recuerda sus inicios: «No recuerdo cuando comencé a darme cuenta del significado de algunos movimientos y posiciones. Siempre acompañado por mi padre y dirigido por él pasé, sin advertirlo, de espectador ignorante a jugador».
Hay una frase de Rossetto que define a Fischer: «Bobby Fischer es un genio, un creador permanente que vivía sobre el tablero y tocaba con música propia».
También jugó con Ché Guevara: «El Ché era un jugador de primera categoría pero no le gustaban las ventajas, entonces yo le jugaba duro y luego le enseñaba dónde había cometido errores. Eso lo entusiasmaba. Me contó muchas cosas de su vida y de los recuerdos que tenía de Buenos Aires, de sus calles y edificios. Me impresionó que, en un momento de la noche y como al descuido, dijo ‘Maestro, yo no me voy a morir en una cama’. Era un hombre íntegro que detestaba las obsecuencias. Murió por sus ideales y sin dejar un solo cobre y sigue siendo una figura inspiradora en lo ético que siempre admiraré».
En el tablero disputó una partida contra el mariscal Tito (1892-1980), presidente yugoslavo muy aficionado a los 64 escaques: «En Yugoslavia conocí al mariscal Tito; nunca llegaré a entender por qué alguien como él fumaba con una larga boquilla de oro y precisaba de un secretario para que le encendiera el cigarro».
Asimismo participó en un torneo de Hollywood en 1945, donde prolongó su estancia, conoció y jugó con Humphrey Bogart (1899-1957), actor muy vinculado al noble juego y del que comentó: «era muy simpático y para nada duro como aparecía en las películas».
También departió con Charles Boyer (1899-1978), Bing Crosby (1903-1977), Carmen Miranda (1909-1955) y la actriz española Margarita Xirgu (1888-1969) así como a Marlene Dietrich (1901-1992), sobre la que dijo: «Se pasaba horas a mi lado contemplando el tablero. Un día había gente hablando fuerte y molestando, ella se giró furiosa y gritó ‘¡qué vergüenza, no molesten al señor Rousetou!’ Me hizo gracia cómo pronunció mi apellido pero me sentí halagado. Solíamos ir a cenar con vino tinto a restaurantes italianos y ella se vestía con ropa sencilla y sin maquillarse».
Se le declaró ciudadano ilustre de la provincia de Buenos Aires en 1991 (había nacido en Bahía Blanca) y notable de la Cámara de Diputados de la Nación en 2002. Su fallecimiento tuvo lugar en 2009 con 86 años y su velatorio en el histórico club Argentino de Ajedrez de Buenos Aires, reposando sus restos en el cementerio 9 de julio. Actualmente una escuela de Ajedrez lleva su nombre.
Nota: Quisiera dedicar este artículo al biógrafo de Rossetto, quien le definió como «caballero del tablero», el periodista argentino de ajedrez Carlos Ilardo.