Ajedrez: Olimpiada para China y FIDE para Casa Rusia

Elección en la FIDE: Arkady Dvorkovich presidente

La 43 Olimpiada de Ajedrez celebrada en la ciudad balneario de Batumi, Georgia, que reunió a un total de 1600 jugadores de 179 naciones, del 24 de septiembre al 6 de octubre de 2018, acabó con la victoria de una de las favoritas, China, en ambas categorías, que alcanza así su segundo título masculino tras el obtenido en 2014 y el quinto femenino.

La Olimpiada se disputó en dos categorías, Abierto y Femenino, y atrajo vía internet a cinco millones de espectadores diarios de todo el mundo.

Rusia no consiguió sus objetivos deportivos acabando en el tercer puesto en el Abierto y el cuarto en el femenino, aunque sí en la elección en la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE, siglas en francés). Estados Unidos consiguió el subcampeonato tras haber ganado hace dos años.

Como ya predije, Irán fue una de las sorpresas, acabando entre las veinte primeras, en concreto el diecisiete. También se confirmaron los problemas de Azerbaiyán, que terminó en el puesto quince cuando partía el cuarto puesto del ranking. Su único consuelo ha sido ganar a su gran rival y vecino, Armenia, que tras no acudir a la última Olimpiada de Bakú, ha concluido en un digno octavo puesto, lo previsto.

Otra sorpresa positiva fue Polonia, resultado histórico, un cuarto puesto, el mejor desde 1939 cuando las Olimpiadas fueron en Buenos Aires y más de medio equipo ya no volvió, entre ellos, el inolvidable Miguel Najdorf (1910-1997) que dejó en Argentina su huella ajedrecística a pesar de no nacer, ni morir allí. Además Polonia tuvo un importante triunfo ante Estados Unidos.

El quinto puesto fue para Inglaterra que reverdeció laureles mejorando con un puesto que no conseguía desde 1996, más de dos décadas.

Otro buen resultado fue para Vietnam, un meritorio séptimo puesto, veinte por encima de sus expectativas y también destacable su equipo femenino, el quince. Destacar también a Egipto, entre los veinte primeros y contando con un gran maestro, Bassem Amin, mejor jugador egipcio en el puesto 57 del ranking FIDE de octubre.

En el ámbito latinoamericano, la primera fue Ecuador, una sorpresa, aunque con el puesto 38, mejora casi cuarenta respecto a su ranking. Como fracasos, muy debajo de sus expectativas, citar a Argentina (41), Perú (49) –con el consuelo de la medalla de Jorge Cori y de la entrada en la FIDE de Julio Granda-, Cuba (61) –penoso papel, sus muchos problemas internos le hicieron bajar casi 30 puestos-, Chile (62) y Brasil (63).

Por último, un merecido homenaje y aplauso a los países humildes, a una de las selecciones que se estrenaba en una Olimpiada de Ajedrez, Cabo Verde, que a pesar de obtener el puesto 170 –de 185- a la alegría de ganar a Gabón, isla Jersey e islas Vírgenes americanas, se suma el convertirse en sede de la Confederación Lusófona de Ajedrez hasta 2020. Son equipos de la otra Olimpiada más desconocida.

En el apartado femenino la favorita, China, actual campeona, cumplió, superando a Ucrania –que contaba con las dos hermanas Anna y Mariya Muzychuk– y la anfitriona, Georgia, seguida por Rusia. Las rusas llevan, con la actual, tres últimas Olimpiadas sin lograr entrar entre las tres primeras.

Como curiosidad, la selección femenina de Paraguay, que reclamó ayuda para poder acudir a la Olimpiada, al final acabó en el puesto 107 –de 151- muy alejadas del lugar que obtuvieron hace dos años, el 65. No obstante, siguió la polémica con el patrocinio.

En cuanto a España, también lo previsto, puesto 25, uno menos que en el ranking pero mejorando el puesto 31 de hace dos años. En cuanto a las mujeres, y también según lo anunciado, hubo mejora alcanzando el puesto 13, dos mejor que el ranking y superando lo obtenido hace dos años en Bakú. La española de origen georgiano Ana Matnadze consiguió la medalla de bronce.

Elección en la FIDE: Arkady Dvorkovich presidente

Por otra parte, la elección del nuevo presidente de la Federación Internacional de Ajedrez el pasado 3 de octubre le dio una alegría al presidente Vladimir Putin al ganar por 103 votos contra 78 y uno nulo, su compatriota Arkady Dvorkovich, quien se impuso al hasta entonces vicepresidente, el griego Georgios Makropoulos. Todo queda en casa, en Casa Rusia, tras veintitrés años sigue un compatriota al frente de la FIDE, eso sí, con una mejor imagen que su antecesor, el siniestro Kirsán Iliumzhínov.

El tercer candidato, Nigel Short, en una maniobra pactada y teatrera, ni participó en la votación haciendo efectivo el pacto previo, y ya conocido, de dar sus votos al ruso. Tras ser considerado por sus compatriotas un “traidor” -Makropoulos fue más suave y lo definió como “deshonesto”- por el caso de los envenenamientos de opositores rusos, y como la FIDE sí paga traidores, será vicepresidente con Dvorkovich. Por cierto, este mes ha salido de la lista de los cien mejores jugadores del ranking FIDE.

Así, Dvorkovich se convierte en el séptimo presidente de la FIDE en toda su historia y, si cumple su promesa de estar solo ocho años en el cargo, será previsiblemente el máximo responsable mundial en los 64 escaques cuando se celebre el Centenario de la federación nacida en París.

De la victoria del que fue viceprimer ministro ruso durante seis años, desde 2012 hasta mayo de este año, añadir algunos datos poco difundidos.

Por ejemplo, que la primera felicitación recibida fue la del propio Putin, también que, antes de la votación, el propio presidente del fútbol internacional, Giovanni Infantino, pidió el voto para el ruso. Ya previamente, en su programa electoral, el político ruso, que presidió el comité organizador del Mundial de Fútbol de Rusia, destacó que habrá alianzas con la FIFA.

Tradicionalmente, hay un dicho internacional que dice que la FIDE es como la FIFA pero con unos cuantos ceros menos en el presupuesto. El ajedrez cuenta con un presupuesto de poco más de tres millones de euros anuales que el ya presidente quiere aumentar a veinte millones.

No hay que olvidar que la presidencia del ajedrez mundial es considerada “un complemento” para la política exterior rusa, que puso toda la carne en el asador para ganar, utilizando embajadas e influencias. No obstante, el voto clave estuvo en África (también celebraron elecciones internas siendo reelegido el zambiano Lewis Ncube), que votó mayoritariamente por Dvorkovich. Un dato: su secretario general es de Togo, Enyonam Sewa Fumey.

También hay que destacar el equipo directivo del ruso, donde tendrá influencia como presidente adjunto, el que dirige la Federación Francesa de Ajedrez (FFE), Bachar Kouatly, descendiente del primer presidente sirio con la independencia, Shukri Kouatly (1891-1967). Su familia se exilió en Líbano, país al que llegó a representar, pero tras emigrar a Francia adoptó su nacionalidad ganó un campeonatos nacional (1979) y se convirtió en gran maestro en 1989. Organizó el campeonato mundial de 1990 en Lyon, el último antes de la escisión internacional por el título mundial y el último que disputaron Kasparov y Karpov. Se presentó dos veces a la presidencia de la FIDE en 1994 y 1996 y dirige la revista ‘Europe Échecs’ desde 1997 y la FFE desde 2016.

Otro apunte es la tesorera, Zhu Chen de Catar. La ajedrecista china, quien fue campeona en su país de origen, adaptó la nacionalidad en 2001 tras casarse con un gran maestro catarí. Veremos, pues, si la FIDE repite este año el polémico torneo ‘Rey Salmán’ en Arabia Saudí como el año pasado, donde no jugaron ni cataríes ni israelíes. En todo caso, apostaría doble a sencillo a que habrá importantes torneos y campeonatos en Francia e Israel en los próximos años.

Hay que recordar que el propio Putin le pidió el voto de Israel a su primer ministro, Benjamín Netanyahu, con la promesa de llevar un campeonato a su país. Además la Asociación de Profesionales de Ajedrez (ACP) que representa a 1.200 jugadores y apoyó al ruso está encabezada por un jugador israelí de origen ruso, Emil Sutovsky.