La Sociedad Española de Reumatología (SER) ha presentado el estudio de la prevalencia de las enfermedades reumáticas en la población adulta en España y constata que cerca de 11 millones de españoles están afectados y que ya no se consideran patologías asociadas a personas ancianas.
Estas enfermedades debutan desde la segunda década de la vida y su incidencia va en aumento. Los estudios epidemiológicos de las enfermedades musculoesqueléticas que cursan con dolor, la mayor parte de ellas crónicas, tienen un gran impacto socioeconómico además de un alto consumo de los recursos sanitarios.
Cerca de 5.5 millones de españoles, según el estudio EPISER 2016, padecen artrosis lumbar, 300 000 tienen artritis reumatoide, 220 000 padecen artritis psoriásica, 800 000 sufren gota y 300 000 artritis reumatoide. De igual forma, las enfermedades reumáticas autoinmunes sistémicas, tales como la espondilitis anquilosante, el lupus eritematoso sistémico, el síndrome de artritis de cadera, rodilla, manos y cervical, lumbalgia, osteoporosis así como el Síndrome de Sjögren junto con la fibromialgia, son cada vez mayores.
La mayor parte de estos hallazgos, tras la sospecha clínica de un TAC, será la confirmación de los cuestionarios con cribado positivo que realizará un reumatólogo tras ver las radiografías sacroilíacas, el hemograma, factor reumatoide, el HLA B27, anticuerpo antipéptido critulinado cíclico, velocidad de sedimentación globular, proteína C reactiva, radiografía simple de pies y manos, entre otras pruebas según la variante de la enfermedad.
Los distintos cambios en la sociedad, el sobrepeso, la obesidad, el tabaco, así como el envejecimiento de la población, son algunos de los factores que condicionan el desarrollo de estas enfermedades, si bien, en las autoinmunes no existe respuesta alguna salvo los cuadros de estrés agudo y otros factores inespecíficos que lo hacen aparecer. Estas patologías silentes, que no dan cuadros importantes salvo un dolor crónico que el paciente siempre refiere, son invisibles para el entorno familiar y para la sociedad, porque hasta que no existe un cuadro agudo no son invalidantes.