La artritis (inflamación de una articulación) en cualquiera de sus formas, ya sea idiopática juvenil, psoriásica, espondiloartritis o reumatoide, afecta a cerca de 350.000 personas en España y 21 millones en todo el mundo. Una de cada cien personas la padecen a partir de la quinta década de la vida. Al ser una enfermedad crónica es frecuente que el paciente no procure las revisiones y acabe teniendo una peor calidad de vida.
Octubre es el mes de la concienciación de las enfermedades reumáticas y por ello, se ha comenzado una campaña, «Frente a la artritis, todos vamos contigo» organizada por ConArtritis, para ayudar a mejorar la vida de los pacientes. Mediante marcadores como son los anticuerpos antipéptidos citrulinados se encuentra además del factor reumatoide un diagnóstico claro, si bien en los años anteriores el paciente presenta dolores difusos, mediante este análisis podrá saber de qué se trata.
Manos, pies, rodillas, codos y caderas además de la parte alta de la columna cervical son afectadas por la artritis en forma de inflamación y produce dolores articulares y pinchazos que resultan insoportables cuando surgen los brotes y el paciente se queja de un malestar crónico.
Actualmente existen ciertos medicamentos inmunodepresores (metrotexato y leflunomida) que sumados a los corticoides han aliviado en parte el dolor al paciente. Es conveniente que al estar comprometido el sistema cardiovascular asociado a la enfermedad se mantenga el paciente con una tensión normal y con un peso adecuado. Las comorbilidades (otras enfermedades) asociadas a la artritis reumatoide pueden ser fatales a la hora de empeorar los síntomas.
Es también necesaria una buena alimentación que se componga de lácteos, por el calcio, de forma que se evite una osteoporosis secundaria, que estén vacunados de la gripe y también contra la hepatitis B siempre que vayan a recibir terapias biológicas. Esta enfermedad realmente no se puede prevenir porque no se considera genética pero sí se tiene cierta predisposición. No fumar o evitar el alcohol puede ayudar a evitarla en unos años.
En cuanto a las espondiloartritis, la inflamación a nivel de las articulaciones de la columna vertebral, especialmente a nivel dorsal y lumbar, puede afectar también a la cadera y a nivel cervical solamente la podemos tratar con ejercicios y antiinflamatorios. Es necesario evitar la rigidez y la anquilosis de las articulaciones para ello es conveniente pautar ejercicios exprofeso al paciente que constituyen un pilar fundamental en el tratamiento.
Padecer enfermedades crónicas no siempre es aceptado por un paciente con lo cual es posible que el paciente requiera un tratamiento farmacológico para la depresión o la ansiedad, ya que no es fácil adaptarse a un dolor sine die.