La Asamblea Nacional (Milli Majlis) de Azerbaiyán adoptó el jueves 30 de diciembre 2021 una nueva ley de medios a pesar de la oposición de los periodistas que alertaron que podría limitar aún más el periodismo independiente.
La ley, que entrará en vigencia el 1 de enero de 2022 después de ser firmada por el presidente, Ilhan Aliev, incluye un registro de periodistas con una tarjeta de prensa única y se aplicará a los medios de comunicación del país, así como a aquellos que transmiten o publican para una audiencia azerbaiyana.
Más de treinta periodistas de medios independientes y de oposición protestaron el 28 de diciembre contra la ley frente al edificio del Parlamento en la capital, Bakú. Atropellada por un oficial de policía, la reportera Nargiz Absalamova sufrió una fractura de coxis. Fue la segunda manifestación organizada sobre el tema, a pesar del riesgo de represión por parte de las fuerzas de seguridad, según Reporteros sin Fronteras (RSF).
Los medios locales y los grupos de Derechos Humanos han alertado que esta ley podría permitir al gobierno determinar quién es oficialmente reconocido como periodista, y expresaron su preocupación de que el registro incluya detalles sobre los reporteros y sus contactos laborales.
Las autoridades mantendrán un listado con datos personales de todos los periodistas y medios registrados (direcciones, cuentas bancarias, contratos, etc.), lo que supone un riesgo adicional.
Sin el pase de prensa oficial, los periodistas podrían tener más dificultades para acceder a los funcionarios y a algunos eventos. Precisamente, esa es una de las mayores preocupaciones citadas por los periodistas y miembros de asociaciones de Derechos Humanos.
La ley también dificultará que los medios de comunicación que trabajan en el exilio continúen informando sin registrarse en el país, e incluye disposiciones que prohíben la difusión de información de fuentes no oficiales, denuncia RSF.
Así, se especifica el requisito de que los editores vivan en Azerbaiyán. Eso podría afectar a los medios independientes que se establecieron en el exilio debido a un entorno ya bastante represivo.
Esto obstaculizará aún más el trabajo de medios con sede en el extranjero para evitar presiones, como Meydan TV en Berlín, o canales de televisión por Internet: sin el registro de los medios en Azerbaiyán, la actividad de sus corresponsales allí se vuelve ilegal.
Además, los periodistas deberán cumplir con nuevas reglas, como la interpretación «objetiva» de los hechos, sin que esto sea definido.
«Esta ley, salpicada de redacción imprecisa y contradicciones, tiene como objetivo intensificar el control sobre los medios de comunicación y legalizar la censura», declaró la directora de la oficina de RSF en Europa del Este y Asia Central, Jeanne Cavelier.
«El Estado se extralimita en sus poderes al interferir en las actividades profesionales de los periodistas, sin consultar con medios independientes o expertos especializados en libertad de expresión», denuncia RSF.
Si bien el proceso de acreditación es voluntario, las nuevas regulaciones excluirían a periodistas como la reportera de investigación Khadija Ismayilova, quien pasó más de quinientos días en prisión por cargos falsos en represalia por sus reportajes sobre corrupción.
«Probablemente pueda hacer mi investigación. Pero ellos [los funcionarios] no responderán a mis preguntas periodísticas», declaró Ismayilova.
En Azerbaiyán todo está controlado por el autoritario presidente Ilham Aliev considerado por RSF como un depredador de la libertad de prensa. El país ocupa el puesto 167 entre 180 países en el Listado Mundial de Libertad de Prensa 2021 de RSF.