Un estudio realizado por la Universidad de Salamanca apunta las ciudades de mayor consumo de drogas (anfetaminas, metanfetaminas, éxtasis y cocaína) en 37 países. Este se ha realizado a través del análisis de aguas residuales generadas por 60 millones de personas en 120 ciudades a lo largo de al menos 6 años.
El análisis de aguas residuales permite monitorizar el consumo de drogas a nivel poblacional y en tiempo prácticamente real. Mediante este análisis del agua de entrada de una estación depuradora de aguas residuales, y a partir de la concentración de la droga o de los metabolitos que se excretan en la orina, se puede estimar la cantidad de droga consumida por la población.
Los resultados referidos a este estudio justifican que Barcelona ese la ciudad que más cocaína consume ya que duplica las cifras del resto de ciudades que han sido monitorizadas también, Madrid, Santiago de Compostela, Castellón y Valencia. Los datos de la Ciudad Condal corresponden a siete depuradoras del área metropolitana que trata al menos el 34 % de las aguas residuales de la conurbación; es decir, el conjunto de poblaciones próximas a la ciudad.
Los últimos datos recabados sitúan a Barcelona en el primer puesto internacional de las ciudades estudiadas en consumo de cocaína, por delante de Zúrich y Amberes; en el octavo puesto en consumo de éxtasis, liderado por los Países Bajos; el decimotercer puesto en consumo de metanfetamina, liderado por Alemania y República Checa; y en un puesto intermedio (33 de 65) en consumo de anfetamina, liderado por Eindhoven y Amberes.
Hay que señalar que los resultados confirman las grandes diferencias que existen en el consumo de sustancias psicoactivas entre los países europeos. En Bélgica y Países Bajos se observa un importante consumo de cocaína y anfetamina, una sustancia que se ha popularizado en estos países y en el norte de Europa.
La cocaína es la droga dominante en las ciudades del sur y oeste de Europa (Suiza, Italia, Francia, España y Reino Unido), y su consumo ha experimentado un gran aumento en la mayor parte de las localidades monitorizadas.
A diferencia de lo que ocurre en Europa, el consumo de metanfetamina domina en las ciudades de Norteamérica (Estados Unidos y Canadá) y Australia, Nueva Zelanda y Corea del Sur, con niveles medios que superan con creces los estimados en Europa del este. En América del Sur (Colombia y Martinica), la cocaína es la sustancia dominante.