Blues for Children: blues para toda la familia

Bajo el lema “El Gran Blues es el padre del que nacieron casi todas las músicas (rock, pop, swing, soul, dixie, hip hop, jazz, funky, etc.)”, Menchosa Teatro – Música – Danza organizó un concierto de Blues para niños (Blues for children) en el Auditorio de la Mutua Madrileña, en la capital española.

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Capitán Corchea Band

Al frente, el capitán Corchea y su banda de músicos (Capitán Corchea Band-), con el propio capitán Corchea, José Luis Gutiérrez, a la cabeza (voz y saxofón), Fernando Su a la guitarra eléctrica, César Díez al bajo eléctrico y Antolín Olea a la batería.

El repertorio, sencillo y apto para todos los públicos (había tantos adultos como niños entre el público que llenaba el auditorio), se fue cargando de contenidos a medida que avanzaban los temas. y así, de la Canción del helado y El tren de chocolate, con sus rimas pegadizas para un  despertar sin colegio, se pasó a la Canción del algodón, o la titulada I sing de blues, que versan sobre  los orígenes afroamericanos del blues en los cultivos de algodón y el porqué la predilección de esta música por el color azul (de tanto mirar al cielo y ver los pájaros volar sobre los campos, mientras ellos, los afroamericanos, seguían doblados en el surco), pasando por Blues coral o Blues numbers (El blues de los números), hasta llegar a los temas más contestatarios, como Ni mu (sobre la capacidad de guardar un secreto) o La contraria (la manía testaruda de llevar la contraria, con toda su riqueza gramatical), que niños y adultos coreaban espontáneamente al son de las palmas.

Doce canciones en total de un ritmo que fue in crescendo hasta alcanzar las cimas del rock, que también tiene, como muchas otras músicas, su cuna en el blues.

Hubo además, como propina, una clase de ritmo que aunque improvisada -o eso dijo capitán Corchea-, fue digna de un conservatorio superior de música.

En el mayor orden y muy bien dirigidos, hubo niños que bailaron sin perderse una pieza desde el principio, mientras que otros, los más pequeños, saliendo de su letargo a lo largo del concierto, sólo alcanzaron su apogeo en la parte final.

  • Blues for children
    Fecha de la sesión comentada: 20 de octubre de 2018
    Auditorio de la Mutua Madrileña
Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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