Luis de Luis [1]
Un muy preciso texto, una exacta dirección y una muy eficaz puesta en escena serán la reala, la escuadra y el cartabón con el que Gonzalo Cordero Lorite va a trazar los siempre elusivos y ambiguos límites de un triángulo amoroso del que los populares Natalia Rodríguez, Juan Silvestre y Álex Martínez serán los vértices.
Tengo para mí que Gonzalo Cordero Lorite sabe de lo que habla, conoce perfectamente que, pese a lo que pudiera parecer, un triángulo nunca mide lo mismo, nunca abarca el mismo terreno, nunca contiene las mismas emociones y esa certeza añade verdad y honradez a esta función.
Natalia Rodríguez será un ángulo desconcertado, ingenuo y vital; Juan Silvestre será un ángulo meditabundo, apocado y reflexivo y ambos giran y danzan, entre incertidumbres y negaciones alrededor del aparentemente seguro Bosco, al que Álex Martínez llena de lucidez, aplomo y desvalimiento.
Todo en “Bosco” apuesta, con acierto y decisión, por la sobriedad y la contención, porque este drama vive, debe vivir, entre visillos, a medias luces y medias palabras, entre vergüenzas y descaros, sonrisas y reojos,
Así, en la penumbra y en los grises, entre bocetos y miradas, entre caricias y perplejidades transcurre esta comedia llena de emociones suprimidas que están a punto de reventar, de sentimientos puestos en jaque que están pidiendo que llegue el momento del mate, de neones que se encienden y apagan a borbotones y a caprichos buscando la electrocución imposible.
Hay mucha sabiduría en este texto que ofrece la Sala Intemperie de Madrid, texto engañosamente sencillo que rehúye dar consejos o explicaciones, que rehúsa explicar lo que no tiene explicación y que solo busca encontrar la aceptación – ya que es imposible la comprensión – de esas cosas, las cosas de la vida, las cosas del querer.
- Luis de Luis es crítico teatral
Ficha artística
- Álex: Natalia Rodríguez
Teo: Juan Silvestre
Bosco: Álex Martínez
Autor y director: Gonzalo Cordero Lorite