Brasil: el integrismo religioso se moviliza contra una niña violada por un familiar

En Brasil, una niña de diez años tuvo que entrar al hospital en el maletero de un automóvil para protegerse de grupos religiosos. Después de sufrir violaciones durante años por parte de un tío suyo, la niña, embarazada, necesitaba que le practicasen un aborto legal, informa IPS.

La niña fue atendida por un médico en la segunda semana de agosto debido a dolores abdominales. No sabía que estaba embarazada. Conocida la noticia de su embarazo, contó a las autoridades que sufría abuso desde los seis años por parte de su tío, compañero de su tía biológica. Agregó que nunca denunció el crimen porque recibía amenazas.

El caso llegó a los titulares inmediatamente, pero este fue solo el comienzo del proceso de doble victimización que sufriría esa niña.

La interrupción del embarazo está permitida en la legislación brasileña en casos de riesgo para la vida, embarazo resultante de violación y cuando hay anencefalia fetal.

El viernes 14, la Justicia del estado de Espírito Santo autorizó el procedimiento de aborto. Pese a ello, el Hospital Universitario Cassiano Antônio Moraes, vinculado a la Universidad Federal de Espírito Santo, denegó la solicitud para interrumpir el embarazo de la niña.

La niña tuvo que viajar a otro estado, Pernambuco, a más de mil seiscientos kilómetros de São Mateus, o veinticuatro horas en automóvil, para acceder a un derecho legal.

Y los fallos del Estado y de la sociedad brasileños no se quedarían ahí. La militante bolsonarista Sara Giromini, también conocida en Brasil como Sara Winter, filtró el nombre de la víctima –cuya identidad está protegida por ley– y el nombre del hospital donde se iba a llevar a cabo el procedimiento, en un video publicado en sus redes el domingo 16 de agosto, para incentivar protestas.

El lunes 17, la niña tuvo que esconderse para ingresar al hospital mientras el médico, Olimpio Moraes, atrajo a la puerta principal a fanáticos religiosos y políticos que se dividieron y bloquearon todas las entradas para impedir que la niña pudiera acceder al centro médico.

La preocupación de los profesionales de la salud es ahora qué tipo de trauma sufrirá la niña después de

  1. Ser violada por una persona de confianza durante cuatro años;
  2. Quedar embaraza;
  3. Tener que pasar por un aborto;
  4. Verse obligada a esconderse en el maletero de un coche mientras escuchaba gritos de «asesino» y «demonio» dirigidos a su médico.

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