Brasita. Perro chagualo: un buscar adentro con sentido 

Encerrados en un sótano, dos inmigrantes ilegales trabajan en un taller clandestino haciendo zapatos

brasita-escena-600x376 Brasita. Perro chagualo: un buscar adentro con sentido 

Uno va a ver esta función más que nada por ver de qué va el título, Brasita. Perro chagualo, que ha traído a España, de gira por Europa, la compañía argentina La Joda Teatro, título que no le impide dar intensos Workshops allá por donde quiera que van -Málaga, Madrid y Barcelona, ciudades que están recorriendo en su gira española- sobre cómo «buscar adentro» a fin de aquilatar al máximo conceptos como “creación escénica, actuación, improvisación, montaje colectivo, escritura y motor físico.

Pueden con todo porque para eso han venido a esta gira con muchas ganas, y así, el lenguaje de las palabras, que las usan, y mucho, tanto como el de los gestos, hay que aprender a descifrarlo mediante un glosario adjunto al boleto de entrada. Pero nadie se lo miró ni tampoco hace falta, que ya ellos lo repiten cuanto haga falta y con sus gestos se encargan de que entiendas muy bien cómo se puede pasar de ser Brasita, un pringao en el más genuino sentido de la palabra (sin papeles ni contrato, más infeliz que un cubo, capaz de dejarse engañar durante años) a Perro chagualo, también pringao, pero ya desengañado y rabioso.

Luego resulta que, ya glosario en mano, brasita es el habitante de un país imaginario, Braliguay, inexistente como él mismo, que medio lo es en este mundo hasta que decide dejar de serlo, dejar de ser tonto para ser sólo desgraciado. Y al fin y al cabo, todos han –y hemos- sido engaños para seguir viviendo porque papelito falsamente amoroso por aquí, iPhone 8 más falso que falso por allá, «trabajamos para vivir, vivimos para morir.»

Argumento: “Encerrados en un sótano, dos inmigrantes ilegales trabajan en un taller clandestino haciendo zapatos. Vinieron de Braliguay, un país perdido en algún rincón de Latinoamérica, donde dejaron su familia y su historia. Su lengua y costumbres parecen sintetizar la cultura latina en un mestizaje colorido, lúdico y esperanzador que les permite sobrevivir al encierro y el destierro.”

Y como a juego con el sentir esclavo que cambia con el desengaño, a la música de las máquinas (ofensiva, puro hierro al principio), le sucede una música bellísima que evoca países perdidos e identidades inencontrables.

La técnica de ambos actores es la muy depurada del clown que se disfraza y que imposta, que llora y ríe cuando puede, de víctima a victimario y que, a través del musical se vuelve danza y mimo para comunicar netamente algo que no deja lugar a interpretaciones. 

Y no sobran las palabras, muy al contrario pues, aunque no se las entienda, ellas son pura música liberadora y esclava que unifica a toda Hispanoamérica: chela, bicha, pan, panahá… O la sublime culiao. O tal como reza el título Brasita, Perro Chagualo.

  • Brasita, Perro Chagualo se representa dentro del III Ciclo de Teatro Argentino de El Umbral de Primavera
    Actores | Flavio Bosco y Damián le Moal
    Dramaturgia y Técnica| Emmanuel Burgueño
    Dirección | Emilia Benítez
    Música | Al Ho
    Compañía: La Joda Teatro
    Producción General en Gira| Sofía Urosevich
    Fecha de la función comentadas: 30 de junio de 2018
    Espacio: El umbral de Primavera (primavera, 11, Lavapiés)
Nunci de León
Doctor en Filología por la Complutense, me licencié en la Universidad de Oviedo, donde profesores como Alarcos, Clavería, Caso o Cachero me marcaron más de lo que entonces pensé. Inolvidables fueron los que antes tuve en el antiguo Instituto Femenino "Juan del Enzina" de León: siempre que cruzo la Plaza de Santo Martino me vuelven los recuerdos. Pero sobre todos ellos está Angelines Herrero, mi maestra de primaria, que se fijó en mí con devoción. Tengo buen oído para los idiomas y para la música, también para la escritura, de ahí que a veces me guíe más por el sonido que por el significado de las palabras. Mi director de tesis fue Álvaro Porto Dapena, a quien debo el sentido del orden que yo pueda tener al estructurar un texto. Escribir me cuesta y me pone en forma, en tanto que leer a los maestros me incita a afilar mi estilo. Me van los clásicos, los románticos y los barrocos. Y de la Edad Media, hasta la Inquisición.

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