Deliciosa, divertida y poética comedia de Jim Jarmusch
“Paterson” del cineasta norteamericano Jim Jarmusch es una deliciosa comedia mínima, una verdadera joya en su simplicidad, que relata siete días en la semana de una pareja: un conductor de autobús llamado Patterson, que vive en la ciudad de Paterson en New Jersey, junto con su novia Laura, que sueña con ser cantante de música country y su muy celoso perrito Marvin, un mini buldog inglés.
Los dos enamorados de corte chaplinesco, viven al ritmo del trabajo matinal de Paterson, que recorre la ciudad en su autobús, y en sus ratos libres llena de poesías las páginas de su diario secreto pensando en su amada. Sus intérpretes son el americano Adam Driver y la franco iraní Golshiftej Farahani.
Paterson, el protagonista, es una especie de tranquilo poeta, impasible soñador y enamorado, y también el nombre de esa ciudad hoy olvidada en New Jersey, a treinta kilómetros de Nueva York, a través de la cual Jarmusch rinde homenaje a los grandes poetas norteamericanos de lo cotidiano como William Carlos Williams o Alain Ginsberg, uno de los fundadores de la “beat” generación.
Ella sueña, entre otras cosas, con comprarse una guitarra y aprender a cantar la música country, mientras ocupa sus días decorando en originales formas geométricas en blanco y negro su casa y sus vestidos, al tiempo que fabrica sabrosos cakes para vender en el mercado.
A contracorriente del cine de acción y de los efectos especiales millonarios de la industria de Hollywood, el neoyorquino Jim Jarmusch, buen cinéfilo, admirador del cine francés, de la nouvelle vague, de Godard a Melville, desde sus comienzos en la década de los ochenta, persiste de forma coherente en la realización de un cine independiente de calidad, que ha sido galardonado en Cannes en varias ocasiones y muy apreciado en el mundo entero.
La primera fue el premio Cámara de oro en 1984 con su opera prima en blanco y negro “Stranger tan Paradise”, desde entonces ha vuelto de forma regular a este festival con películas como “Down by Low” 1986, “Mystery train” premio especial en 1989, “Dead Man” 1995, ”Ghost dog, la via del samurai” 1999, ”Broken flowers” gran premio del jurado en 2005. Con “Paterson” se apunta ahora en esta 69 edición en el pelotón de favoritos para una Palma de Oro.
Con esmerados diálogos y gran economía de medios, el humor de Jarmusch pone en escena personajes cotidianos y populares, en este viaje poético en la ciudad de Paterson, cuna de no pocos personajes célebres. De las conversaciones de la gente que el conductor escucha durante el trayecto de su autobús, a su mano a mano con su enamorada y dulce compañera, de la decepcion amorosa de su amigo negro, a los diálogos en el bar al que acude Paterson, cada vez que saca a pasear al perro, la película progresa, reflexiona y divierte.
El ritual de lo cotidiano, de los gestos más simples, del amor y de la amistad, es sublimado aquí en la mirada del cineasta sobre su pareja protagonista y las gentes que les rodean, en este homenaje a la poesía y a la escritura, pero también a los clásicos del cine, cuando la dulce y soñadora Laura obsesionada por su decoración bicolor afirma mirando una película en la televisión: “Que bonito es el blanco y negro, tenemos la impresión de vivir en el siglo XX”.
En esa América del infumable Donald Trump, con su violencia, sus armas, su desigualdad social creciente, su racismo, su televisión basura y su cine formateado e industrial en busca de rápidos beneficios, una película como la de Jarmusch es una bocanada de aire fresco y un vendaval de esperanza. Una buena sorpresa de esta selección oficial y mí favorita hasta el momento junto con “Yo, Daniel Blake” del británico Ken Loach.