“Caravaggio en cuerpo y alma”, (en Italia se llama “Caravaggio – el alma y la sangre”) largometraje documental realizado por Jesús Garcés Lambert, que inaugura la temporada 2018-2019 de “Los grandes del arte en el cine”, se ha pensado “como un viaje en movimiento a través de la vida, las obras y la existencia atormentada de Miguel Ángel Merisi da Caravaggio, una de las figuras más controvertidas y misteriosas de la historia del arte”.
La película, que ha tenido un éxito sin precedentes en Italia, cuenta la historia del reconocido artista barroco a través de una profunda investigación sobre sus obras y sus tormentos, poniendo especial énfasis en las experiencias de una vida de luces y sombras, de genialidad y contradicciones, que le sirvieron para la realización de obras maestras. Además, el documental nos ofrece un “encuentro” con la personalidad de Caravaggio, reconstruida a través de un estudio profundo y revivida en escenas “fotográficas” evocativas y simbólicas, que ayudan al espectador a entender lo que pasaba en la mente del artista y sus impulsos irrefrenables.
Caravaggio, un hombre misterioso, creador del claroscuro y bronquista casi profesional, viajó por toda Italia en busca de fortuna y escapando de los enemigos que se fue creando por el camino. En el documental visitamos Milán, Florencia, Roma, Nápoles y Malta: cinco ciudades, quince museos y cuarenta de las obras de arte más famosas del característico estilo del artista, todo ello rodado en los lugares donde se crearon y en los principales museos de Italia, y del resto del mundo, donde se pueden visitar actualmente.
Nacido en 1571, el pintor Michelangelo Merisi, conocido como “Caravaggio” por el nombre de la ciudad lombarda donde nació, se trasladó muy joven a Roma para dedicarse a la pintura. A los 27 años conoce sus primeros éxitos artísticos con la realización de escenas bíblicas por encargo, y sus primeras victorias y derrotas en los duelos callejeros que la mayoría de las veces provoca; además se gasta lo que gana en juegos de azar y lleva una existencia complicada, que le obliga a pasar varias estancias en la cárcel y a huir continuamente. En su trabajo “se suceden cuadros de un realismo maravilloso y frescos tenebrosos”, pasa de la luz a las sombras. Aunque no firma sus cuadros, como la mayoría de los pintores de su época, sí acostumbra a incluirse él mismo entre los personajes que aparecen en ellos.
Murió muy joven, en 1610, con 39 años. Tras su muerte, las reproducciones de “Caravaggios” se prodigaron de tal manera que el pintor cayó en el olvido mientras muchas de sus obras, que hoy cuelgan en las paredes de los mejores museos del mundo, se atribuían a otros artistas.