Tras mes y medio del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi, siguen apareciendo nuevos detalles del macabro crimen cometido en el Consulado saudí en Estambul. Asimismo, las versiones saudíes de lo que sucedió siguen dando nuevos giros, y un tribunal internacional especial para investigar y juzgar el caso parece más cercano.
El domingo 11 de noviembre de 2018 se esperaba mucho de la reunión entre el presidente turco, Receb Tayyib Erdogán, y su homologo estadounidense, Donald Trump, a quienes se unieron la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés que hacía de anfitrión, Emmanuel Macron, aprovechando su participación en el centenario del armisticio de la primera guerra mundial, reunión en la que trataron el caso Khashoggi y las consecuencias que debe asumir Arabia Saudí.
Algunos detalles de esa reunión trascendieron en las declaraciones que ha efectuado el rais turco a la prensa de su país, en el retorno de París a Ankara. Erdogán dijo que trasladó la versión de su país de los hechos y que previamente había expresado en un artículo publicado por el Washington Post, asegurando que el crimen fue premeditado y que la orden venía de altas esferas, al mismo tiempo que no cree que fuera el rey Salmán el responsable. El premier turco asegura que su gobierno ha compartido las grabaciones con varios países que se han interesado, como Estados Unidos, Arabia Saudí, Reino Unido, Francia, Alemania y Canadá, y llegó a decir que el jefe del espionaje saudí sintió estupor al oír las grabaciones.
En la misma línea de la versión turca, el New York Times informó hace dos días del contenido de una llamada entre Maher El Metreb, el coordinador del equipo de la muerte que ejecutó a Khashoggi, y un colaborador muy próximo del príncipe heredero, Mohamed Ben Salmán, en la que el primero dice al segundo “Dile a tu jefe que misión cumplida”, lo que muchos dan por sentado que se refiere a MBS.
Sin embargo, en las últimas horas los turcos parecen desesperarse con la falta de colaboración de los saudíes y la tibieza del presidente estadounidense. Por el momento, la Unión Europea está tomando medidas para paralizar la venta de armas al reino saudí, mientras que en Estados Unidos la iniciativa la tiene el Congreso, donde republicanos y demócratas están de acuerdo en apretar las tuercas al aliado saudí, y sus medidas no van a limitarse al asunto del periodista asesinado, sino también a la guerra de Yemen y a la violación sistemática de los derechos humanos.
Esta misma tarde del 15 de noviembre de 2018, la fiscalía saudí ha emitido un comunicado publicado por la Agencia de Noticias Saudí SPA en el que presenta las conclusiones de sus pesquisas. En el texto retoma una versión anterior de los hechos. Afirma que el equipo de agentes saudí tenía el objetivo de convencer a Khashoggi de volver al país y que, al fracasar, le asesinaron, le descuartizaron y entregaron los restos a un colaborador local, contradiciendo la versión anterior que aseguraba que el asesinato había sido planificado con anterioridad y negaba la existencia de un colaborador local. El mismo comunicado detalla que el responsable que ordenó la ejecución fue el número dos de la inteligencia saudí, el coronel Ahmad Assiri, el famoso militar que daba las ruedas de prensa para detallar los ataques en Yemen, que se ha acusado a once de los dieciocho detenidos, y que se ha pedido la pena capital a cinco de ellos, que son los ejecutores del crimen.
El ministro de exteriores turco no ha tardado en responder a esta nueva versión. Meulud Çavusoglo ha dudado de la nueva narrativa de los saudíes y ha reiterado la petición de su país de juzgar a los acusados en Turquía, de acuerdo a la Convención de Viena, y que el juicio se hiciera de acuerdo al derecho internacional, subrayando la participación de expertos de la ONU y de la UE en el proceso. Antes del responsable de exteriores turco, el portavoz del partido gobernante (AKP) había reiterado las preguntas aún sin responder por los saudíes referentes al lugar donde se haya el cadáver y la identidad del colaborador local.
La voluntad turca de internacionalizar el caso viene en consonancia con los llamamientos de diferentes organizaciones de los derechos humanos, como Human Rights Watch, Amnistía Internacional, Alliance for Freedom and Dignity International y Reporteros Sin Fronteras. Temiendo que esta solicitud se hiciera oficial, el canciller saudí, Adel Aljubeir, ha asegurado en una rueda de prensa en las últimas horas que su país no aceptará de ninguna manera la constitución de un tribunal internacional para el caso Khashoggi, y negó cualquier responsabilidad del príncipe heredero.
Cabe destacar que, la semana pasada, la BBC en árabe emitió un documental de investigación sobre Mohamed ben Salmán en el que quedaba de manifiesto que el rey en funciones tendría clara su filosofía de gobierno, “mi pueblo entiende bien la lengua de la decapitación” llegó a espetar, y que habría formado un grupo de muerte de cien miembros llamado Grupo Tigre, encargado de perseguir a los disidentes saudíes dentro y fuera del país, grupo que habría empezado su cometido el año pasado en el hotel Ritz Carlton, donde más de doscientos príncipes y empresarios fueron retenidos, muchos de los cuales fueron torturados y hasta hubo casos de muerte.