Turquía tendría las pruebas del asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado de Arabia Saudí en Estambul.
Cuando ya han pasado diez días desde la desaparición del periodista saudí Jamal Khashoggi[1] en el interior de la embajada de Arabia Saudí en Estambul –donde se encuentra también el consulado-, el editorial del diario Le Monde del 11 de octubre de 2018 dice que lo que empezó como un simple caso criminal se está transformando en una crisis internacional:
“Después de hablar primero de retención y luego de secuestro, las autoridades turcas hablan ahora de una operación comando, orquestada desde Ryad, que habría llevado a la liquidación del periodista y al desmembramiento de su cuerpo. Consideradas en principio desmesuradas, estas acusaciones ganan consistencia a medida que los investigadores filtran sus descubrimientos a los medios.
Soplan malos vientos para la prensa –continúa más adelante- Desde el comienzo del año han matado a tres periodistas en suelo europeo: el eslovaco Jan Kuciak, la maltesa Daphne Caruana Galizia y la búlgara Viktoria Marinova. Probablemente, Jamal Khashoggi, visto por última vez en Estambul, puerta de Europa, es el cuarto. Renunciar a aclarar completamente su desaparición daría luz verde a todos los depredadores de la libertad de expresión”.
A 12 de octubre de 2018, continua el misterio acerca de lo ocurrido en el interior del consulado de Arabia Saudí en Estambul, último sitio en que se vio a Jamal Khashoggi, de 59 años, cuando entraba el 2 de octubre para arreglar cuestiones relativas a su inminente matrimonio, según han declarado la novia turca del periodista, quien estuvo esperándole once horas antes de denunciar su desaparición, y otras personas allegadas.
La investigación abierta tiende a acreditar la tesis de que se trata de un asesinato político cometido por orden de la monarquía saudí con la que el periodista, exiliado desde 2017, había manifestado su discrepancia y a la que criticaba en sus intervenciones en una televisión estadounidense.
Una información de la tarde de este 12 de octubre de 2018, del canal internacional Euronews, asegura que Turquía tendría pruebas de vídeo y grabaciones de audio que confirman que Jamal Khashoggi fue interrogado, torturado y asesinado, antes de ser desmembrado, en el interior del consulado de Arabia Saudí en Estambul.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump, el presidente turco Erdogan y el ministro de Asuntos Exteriores británico, Jeremy Hunt, cuyo gobierno apoya a Ryad en el conflicto que tiene abierto con los rebeldes hutíes de Yemen, han preguntado directamente a las autoridades Arabia Saudí por la desaparición de Jamal Khashoggi.
Según el diario francés Le Monde, el 11 de octubre de 2018, Hunt aseguró que las autoridades saudíes se exponen a “grave consecuencias” si se demuestra que son responsables de la desaparición del periodista. “Si quieren que haya un resultado satisfactoria en este asunto tenemos que encontrar a Khashoggi. Desmienten las acusaciones, entonces ¿dónde está Khashoggi?”.
En cuanto al presidente estadounidense ha hablado de “decepción” respecto a sus aliados saudíes, y el turco Erdogan, ya en conflicto con las autoridades saudíes antes de este caso, ha empleado un tono más duro de lo acostumbrando asegurando que Turquía no se va a quedar de brazos cruzados: “Ha ocurrido en nuestro país, no podemos quedarnos sin hacer nada”. Desde el comienzo de la investigación, mantiene que el periodista no salió nunca de la sede diplomática, apoyándose en el hecho de que las cámaras de videovigilancia situadas en el exterior del edificio muestran a Khashoggi entrando solamente, mientras que Ryad asegura lo contrario y dice que aquel día las cámaras no funcionaban bien.
El martes 9 de octubre, el canal turco en lengua inglesa TRT World aseguró qe las autoridades turcas sospechan de un grupo de unos quince ciudadanos saudíes llegados a Estambul el día de la desaparición de Khashoggi. Algunas fuentes han llegado a asegurar que el cuerpo del periodista habría salido de la embajada, desmembrado, en valija diplomática.