Jesús Rojas
El presidente Danilo Medina mantiene un índice de popularidad en la República Dominicana y el resto del mundo, quizás como nunca antes ningún gobernante dominicano había alcanzado. Ello en parte se debe a que le ha dado un “rostro humano” fehaciente a la Primera Magistratura del estado.
Una de las principales conquistas logradas por la gestión de la entonces presidenta del Colegio Dominicano de Periodistas, CDP, Mercedes Castillo, en el gobierno de Leonel Fernández, también del Partido de la Liberación Dominicana, ha sido la firma del acuerdo entre el sector gobierno y el organismo periodístico para poder otorgar “una merecida pensión salarial” a comunicadores que por razones de salud, senectud y otros factores “califiquen” para recibir la misma.
Pero con asombro, periodistas que confrontan serias dificultades de salud, incluidos formalmente en un documento depositado ante el Despacho Presidencial previo la celebración del “Día del Periodista” en la República Dominicana, han podido percibir que “todas las gestiones realizadas en este sentido por las actuales autoridades del CDP”, han sido “infructuosas.”
Parece que en las prioridades del Palacio Nacional el asunto de las pensiones para los comunicadores no amerita urgencia alguna y “duermen el sueño profundo en algún despacho”, antes de llevar el alivio necesario a ciudadanos que, como los periodistas dominicanos en su tercera edad, tienen el privilegio de “recibir un poco de lo que aportaron” en sus años de servicios desinteresados al país.
Comunicadores con gravísimos problemas en el orden de la salud, radicados tanto en el extranjero como en el propio país, llevan esperando cinco meses a que se emita el decreto presidencial con las citadas pensiones salariales, mientras se complican sus precariedades y crecen la ansiedad, la frustración y la impotencia ante el hecho de no recibir a tiempo la asistencia necesaria para aliviar algunos males personales que les afectan.
No entendemos cómo ha sido posible que el presidente Medina, quien próximo a cumplir dos años de su administración del Estado y quien no ha escatimado en demostrar con hechos su alta sensibilidad humana por necesidades perentorias de sus conciudadanos, haya permitido que se prolongue “una respuesta favorable” a las solicitudes de pensiones formuladas por el Colegio Dominicano de Periodistas para sus miembros en condiciones de salud críticas, algunos de los cuales padecen junto al sacrificio de sus familiares, de manera estoica y silenciosa, enfermedades catastróficas.
En varias oportunidades, el presidente del CDP, Olivo de León, ha apelado a través de diferentes medios de comunicación, a la “sensibilidad” del Presidente de la República Dominicana, para que el gobierno otorgue las pensiones a los periodistas, lo que desde el 2006 se estipulaba cada 5 de abril para mostrar la gratitud del Estado Dominicano por los servicios rendidos al país en sus mejores años.
De León ha dicho y con dramática razón que “varios de los periodistas en lista para pensión por el gobierno, tienen que recurrir a la solidaridad y la caridad para poder comprar los medicamentos por sus enfermedades.” La caridad alivia más cuando entra por casa.
Y nosotros preguntamos, con todo el respeto que merece el Primer Ejecutivo de la nación dominicana, Danilo: ¿qué pasó con las pensiones de los periodistas?
