Teresa Gurza [1]
No me puedo ni imaginar siquiera lo que dirían mi mamá o mi abuelita de saber que ahora existe una fecha especial, el 8 de agosto, para celebrar el Día Internacional del Orgasmo.
No tenía ni idea de esa fiesta; pero me enteré al leer un artículo titulado El orgasmo, beneficios para la salud, que escribió la doctora, sicóloga, homeópata y terapeuta, Rosa Chávez.
Me parece importantísimo que se rompan tabúes de siglos y se pueda aplaudir hoy, públicamente, el disfrute sexual.
Pero me entristece y enoja que siga existiendo esa cruel tradición que es la ablación, que mutila a las mujeres para impedirles el gozo. Una práctica de la que han sido víctimas cientos de millones de mujeres desde tiempos inmemoriales; que actualmente se infringe cada año a más de tres millones de niñas; y que en estos momentos ocurre no solo en lugares de Asia y África, sino también en comunidades migrantes de Europa y América.
La palabra orgasmo viene del griego “orgao”, que significa hervir de deseo; y los diccionarios dicen que se trata “de un placer absoluto y fulminante”.
La lástima es que, según las estadísticas, solo un tercio de las mujeres del mundo lo experimentan; lo bueno, que pueden tratarse para llegar a sentirlo.
En Wikipedia leo que la idea de festejar el placer sexual con un Día del Orgasmo data del año 2001.
Y se originó en la propuesta de José Arimateia Dantas Lacerda, concejal de la localidad brasileña de Esperantina (Piauí), quien considerando la sexualidad como “asunto de salud pública” estableció oficialmente un día al año, que primero fue el 9 de mayo, en el que se pudiera hablar sin tapujos de todos los temas que la conciernen; como el hecho de que las relaciones sexuales y los orgasmos ayudan a evitar la violencia.
Pero diez años después de aprobada la ley municipal respectiva, el nuevo alcalde, Jânio Aguiar, decidió suspender la festividad, alegando dificultades financieras.
Las protestas no se hicieron esperar, porque la población se había acostumbrado a que médicos de todo el país acudieran a impartir conferencias sobre las virtudes del orgasmo y de una vida sexual plena y activa; y propusieron que se sometiera a votación.
Como era de suponerse, ganaron los partidarios de la celebración y, pronto, las localidades cercanas adoptaron la idea y se estableció el 8 de agosto de cada año como día para realizar campañas en torno a la salud sexual y la felicidad que producen los orgasmos.
Por su parte, la doctora Chávez explica en su artículo que tener relaciones sexuales con la persona amada reditúa múltiples beneficios a la salud. Entre otros, liberación de hormonas, incremento de inmunoglobulinas y anticuerpos que combaten infecciones, recuperación de enfermedades, quema de calorías y elevación de la dopamina, que mejora el estado de ánimo; además, defienden de parásitos y virus, aún antes de que se instalen dentro de las células.
Añade que estudios recientes encontraron que el orgasmo produce cambios positivos en el cerebro de las mujeres.
Y que las contracciones en las paredes vaginales y el cuello del útero que ocurren en ese momento, facilitan y dirigen el paso de los espermatozoides a las Trompas de Falopio, donde se encuentra el óvulo; lo que incide favorablemente en el proceso de fecundación.
A todo eso hay que añadir que se libera más oxitocina, la llamada hormona del amor, por ser una de las hormonas centrales de la excitación sexual y de los orgasmos, tanto de hombres como de mujeres; y que aumenta el número de leucocitos, lo que ayuda a elevar el sistema inmunológico que regularmente se afecta por el estrés.
La doctora advierte que muy pocas mujeres hablan de su experiencia en la intimidad, y que deberían hacerlo, porque la sexología es una de las ramas de la Ciencia que ha tenido más descubrimientos.
Además, asienta que la terapia es especialmente aconsejable a las mujeres que tienen dificultades en su vida sexual a consecuencia de abusos sufridos en la infancia y que no han podido olvidar. “Resolver asuntos del pasado», dice, «permite mejorar las situaciones del presente”.
Por lo que toca a los problemas que en general afectan la salud sexual, menciona entre otros los trastornos obsesivos compulsivos, y el uso de químicos que afectan las zonas cerebrales relacionadas con el placer, la libido y el deseo sexual.
Y asegura que las personas que se muestran obsesivas con la limpieza, suelen tener conflictos sexuales.
- Teresa Gurza es una periodista mexicana multipremiada que distribuye actualmente sus artículos de forma independiente