Dorantes: «El tiempo por testigo»

Él es David Peña Dorantes, Dorantes para el arte. Le cabe el honor de haber introducido el piano en el toque flamenco con un virtuosismo revolucionario. Ha dado conciertos por todo el mundo, con artistas procedentes de mil músicas. Tiene un museo de premios, todos merecidos. Porque él es diferente, un investigador de músicas. En lo personal transmite una dulzura que emociona. Ahora, este lebrijano universal, acaba de lanzar su disco El tiempo por testigo y de eso vamos a hablar en esta entrevista, del tiempo en todos sus aspectos, desde todos los ángulos posibles.

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Portada del disco «El tiempo por testigo»

Teresa Fernández. El tiempo por testigo representa las imágenes, vivencias y experiencias de veinte años de tu vida, en el que actualizas el tiempo y las sensaciones de siete temas de álbumes pasados y te asomas al futuro con La Máquina, Y el tiempo y Barejones,  el barrio de tu infancia. ¿Puedes darme un reflejo de lo que tú puedas, en clave intimista?

Dorantes. Es difícil llevarlo a las palabras, porque en veinte años he vivido muchos sentimientos y experiencias gracias a la música  y a los personajes que siempre me han rodeado y me han llevado a este banquete musical. Mi tío Vicente, hermano de mi abuelo Bernardo Peña es muy importante en mi vida; tenía un cante por soleá muy delicao, muy dulce, y nosotros damos mayor importancia a los pequeños detalles, a la dulzura que a lo exagerao. Todos los personajes que aparecen en mi vida desde niño me marcan…Luego está mi tío Juan El Lebrijano que me marca desde un punto de vista más musical, más en la forma de cómo ser músicos. Y mi abuela, con la delicadeza con la que cantaba, yo he aprendío desde su amor propio a afrontar la música, a interpretar.  Y mi padre, el que se ha encargao de decirme, ‘si vas a ser músico tienes que estudiar’. Él estudió, era maestro, quiso ser médico pero mi abuelo cayó enfermo y no pudo ser. Así que yo vengo de ahí, del flamenco más intimista. En el conservatorio, ni su filosofía ni la gente que me rodeaba tenía nada que ver con eso. Estudié la carrera, estuve tocando a todos los grandes maestros, pero nunca quise dejar el lenguaje flamenco que había aprendido de niño, yo sentía que era algo especial, que mis compañeros de conservatorio no tenían y yo lo sabía, pero no era consciente de las ventajas que suponía. Luego te haces mayor y te das cuenta de que eso que he aprendío de los personajes de mi infancia me da un algo diferente a otros tipos de música. Y viene la experiencia de viajar, de subir a escenarios. Son veinte años para tallarme a mi mismo y los años por venir  seguirán tallándome. 

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Dorantes preparado para la entrevista. Foto Teresa Fernández

TF. El orgullo gitano es recurrente en muchos temas y proyectos tuyos a lo largo de tu carrera… Es como si tuvieras muy enraizado el sufrimiento de siglos en sentido amplio, digamos europeo.

Dorantes. Es cierto, pero sin rozar el fanatismo en absoluto. Es verdad que el orgullo de ser gitano es grande, yo me siento orgulloso de ser gitano, pero ese orgullo no me hace en ningún momento sentirme diferente. Me siento muy orgulloso de lo que soy y de lo que he heredao, pero me siento como uno más en la sociedad y creo que los demás me ven como uno más en la sociedad. Ser gitano te da una cultura que llega de tu pasado. Cierto que musicalmente te da un colorido diferente y también en la vida, en una escala de valores diferente, ni mejor ni peor, en ningún momento creemos que ser gitano sea mejor. Es una realidad que se hereda, una cuestión de sentimiento profundo. A la hora de hacer flamenco se me vienen un montón de recuerdos de la infancia, en la forma de frasear, de mi tío Vicente cantando por soleá, mi tío Bastián cantando por seguirillas, mi tío Pedro Bacán tocando la guitarra, me vienen mis tías de Utrera, la Fernanda cantando por soleá y la Bernarda cantando por bulerías. La dulzura y la creatividad de mi abuela, todo eso está en mi flamenco con motivo y todo eso me hace sentirme bien.

 TF. Te falta una palabra, David. Creo que lo que sientes es mucho amor por el flamenco.

Dorantes. Totalmente. Me lo han transmitido así mi padre y todos los demás. Me han transmitido amor, porque es verdad que el flamenco es música, pero también es convivencia. Es una filosofía de vida y una forma de relacionarnos entre nosotros. Este fin de semana pasao fue el cumpleaños de una sobrina mía, estábamos los cinco hermanos, mis padres, pues llegó un momento que todos estábamos cantando y realmente no por cantar o porque tocara cantar, lo hacemos porque realmente lo necesitamos, nos transmitimos amor y nos unimos más entre nosotros. Y a la vez, ese momento que estamos juntos nos sirve para educar a nuestros hijos. Mis hijos están educados en saber estar, en la sensibilidad que hay ahí, ellos saben que no pueden hablar cuando alguien está cantando, no pueden pasar por el medio porque se rompe la magia, un montón de pequeños detalles que luego les sirven en la vida. No es solamente música y fiesta, no, es algo mucho más profundo.  

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Concierto «El tiempo por testigo» en la universidad de Jaén. 28/09/17. Cortesía Dorantes

TF. La pianola en casa de la abuela María la Perrata y el conservatorio ¿están relacionados? 

Dorantes. La pianola tiene un  significao muy especial. Porque fue el primer instrumento cuyo sonido me enamoró, me atrapó. Yo iba a casa de mi abuela, y ahí estaba ese piano que ya nadie tocaba y parecía que me estaba esperando, porque yo entraba por la puerta y me iba directamente a él. No lo recuerdo como un mueble, sino con personalidad, con identidad y yo iba buscando la voz de ese instrumento que para mí tenía vida. Y recuerdo que me envolvía, me abría puertas. Desde muy pequeño he querido ser músico, verás, en casa de mi padre había un acordeón pequeñito y a mi me gustaba manejar sus sonidos. Con ocho años tocaba el piano y la guitarra. A los diez u once fui al conservatorio.

TF. En lo profesional el deseo de aunar recursos, los flamencos heredados, la cultura musical adquirida en tus estudios, el jazz, más los más personales, tuyos. Todo está en tu música desde el principio y ha seguido creciendo hasta hoy…

Dorantes.  El creativo y el músico en general debe siempre estar en evolución, no caer nunca en la monotonía, buscar cada día, agradecer cada día que amanece. Hoy venía en el AVE, estaba amaneciendo y veía salir el sol y mientras veía ese sol pequeñito estaba pensando: ‘La vida me está ofreciendo un día nuevo, lo voy a aprovechar, voy a ser feliz, no lo voy a dejar ir.’ Y doy gracias a mi padre que nos imbuía cosas así a los hijos. Entonces, cada día mi fin es disfrutarlo, no caer nunca en la monotonía, seguir motivado para seguir creando. No me planteo  ahora voy a hacer tal cosa, no sé lo que va a venir, me dejo ir y tengo claro que cada día lo voy a aprovechar.

TF. Hay tantas cosas en tu música que al final de cada concierto es como haber vivido una gran aventura.

Dorantes. Claro, sí, en mí hay un montón de cosas, no sé…a mi me gusta tener una paleta amplia para transmitir, para mí lo más importante es transmitir. La estética musical me interesa, pero por encima de todo está la transmisión. Pienso que el compositor o el intérprete no solo se pude quedar con un recurso, por ejemplo, se puede tocar muy sencillo y luego una cosa muy atonal, luego una cosa muy rápida y luego algo muy lento. Hay que tener todo ese abanico y lo mismo con la sonoridad del piano, hay que tener muchas dimensiones tanto en la parte técnica como en la compositiva, hay que tener recursos amplios para poder absorber de la vida diaria. Por ejemplo, el expresionismo tiene que ser por cuartas, soy un amante de las cuartas, quizá porque en un piano suenan más afinao que las terceras; hay tantas cosas diferentes, como la música impresionista o la música descriptiva para los paisajes…me gusta muchísimo.

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Concierto «El tiempo por testigo» en Jaén. Dorantes y la bailaora Adela Campallo. Cortesía de Dorantes.

TF. Vamos con el investigador y experimentador Dorantes. ¿Sabes que me recuerdas a Velázquez? Él fue un investigador nato, cada cuadro era un paso más hacia un objetivo final: la eliminación de límites en el espacio de un cuadro, con elementos como la luz, la visión y la percepción. ¿Qué dirías de tí? ¿Hay un objetivo a medio o largo plazo en tu trabajo de investigación y experimentación musical?

Dorantes. Hay una evolución, sí. El tema de «La máquina» es un apartao de lo que yo busco. Pero hay otros temas que no he sacao nunca del cajón y alguna vez los sacaré. Estoy investigando con un tema armónico diferente, con una escala armónica diferente, un sitio propio que estoy creando, llevo tiempo trabajando en ello y alguna vez espero conseguirlo. Es un sistema armónico, casi matemático, de relaciones entre tonalidades diferentes, construcciones de escalas diferentes, lo tengo muy avanzao pero es difícil porque no quiero que pierda el aroma del flamenco y entonces es complicao, pero sí, experimentar y conseguir es una de las cosas que amo y busco formas diferentes de flamenco, sobre todo de flamenco. Tengo cosas compuestas en este sistema teórico que estoy creando y bueno al final no sé si será interesante o no…

TF. Creo que me estás dando una primicia…

Dorantes. Sí, no lo he dicho nunca, pero tengo ahí más cosas con otros sonidos diferentes, un poco de todo.

TF. Voy a cambiar a un tema que yo llamo ‘Gitanos’. Recientemente en Jerez, me contaban que nunca hubo persecución gracias a las gañanías, las fraguas y algún otro oficio y así el flamenco fue creciendo en los patios de vecinos. Y eso creó diferencias muy favorables, social y artísticamente, con respecto a gitanos de más allá de la Baja Andalucía. Supongo que en el centro está el triángulo Utrera – Lebrija – Jerez  y  quizá a las provincias de Sevilla y Cádiz. Y me hablaban de lo especial de la escuela jerezana, tanto de cante como de guitarra. Lebrija con su extensa familia de artistas no se queda atrás…

Dorantes. Sí, en Lebrija siempre hemos estao muy integraos, siempre hemos estao trabajando en el campo…Se ha pasao hambre…Mi abuela pasó hambre de pequeña, su padre hacía sillas de enea,  pero tenían un montón de niños y pasaron mucha hambre. Quizá en Utrera fue más duro. En Lebrija estaban los que trabajaban en el campo los garbanzos, el algodón y todo eso y las fatigas gordas era estar trabajando de sol a sol y mal pagados, pero al mismo tiempo estaban muy integraos en la sociedad, eran respetuosos. Se pasaban fatigas en general, también los payos…Pero estaban bien trataos por los señoritos. Y sí, había la otra parte, la del flamenco, los señoritos los llamaban para sus fiestas y allá iban. Mi abuela iba, mi padre iba, y no sabían lo que les iban a pagar. Al final había algunos que no pagaban,  pero la integración siempre ha existido. Yo sé que en otros sitios de España, no. Discriminación sí ha habido, también en Andalucía, pero en el triángulo poca. Un tío mío es policía nacional, otro tío guardia civil, estamos muy integraos todos. No hemos tenido nunca muchos problemas, hemos sabido integrarnos bien.

 TF. El cambio social en España ha sido importante, pero aún queda gente que discrimina a los gitanos y otras minorías. Tú que te mueves mucho por el mundo, ¿cómo lo ves, qué te dicen por ejemplo tus amigos del Taksim Trío de Turquía?

Dorantes. En Turquía hay una diferencia, sí. Musicalmente no, pero sí en la sociedad. Y aquí, si es verdad que a veces sienten un recelo, no te dan toda la confianza por si acaso. Sí, hay ese recelo, pero yo lo llevo bien. Me da pena, pero siento que no hay fallo en mí sino en el otro. Así que yo le doy siempre tiempo, es como una forma de aprendizaje, le doy tiempo y al final acaba aprendiendo que se ha equivocao…Te cuento una anécdota. Hace unos cuatro años yo iba a dar un concierto muy importante en Francia  y había mucha prensa en Sevilla y se vinieron a casa para hacerme una rueda de prensa particular. Mi casa es un pequeño chalet, vivo bien, hay piscina. Y va una periodista francesa y me dice: “Yo pensaba que tú vivías en una caravana”. Me dejó flipao.

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Concierto «El tiempo por testigo» en Jaén. Adela Campallo, Dorantes, Francis Posé y Javi Ruibal. Cortesía de Dorantes

TF. Para terminar volvamos al niño que fuiste en Barejones. Tu barrio de infancia ya no es lo que era.

Dorantes. Mi barrio lindaba con el campo, había un pinar donde los niños íbamos a jugar que  ya no existe, está lleno de edificios. Fui hace poco para recordar cosas y no le reconocí. En mi infancia era muy bonito. Un tío mío tenía un burro y yo me iba todas las tardes con él para cepillarlo y a jugar saltando por las balas de paja. Había un lago más atrás, muy peligroso, los niños nos acercábamos a él con miedo a que nos riñeran nuestros padres. Era un sitio muy bonito. Mis padres eran gente muy abierta y venían muchos artistas al patio. Mi familia por parte de mi abuelo Bernardo eran siete hermanos, cinco se fueron pá Jerez y dos se quedaron en Lebrija. Por eso en Jerez tengo a Diego Carrasco y más parientes, lo más grande. Y se puede decir que Lebrija es la madre. Hay aquí una solera de que todo es más pausao, más tranquilo, hasta las bulerías. El golpe, el tirar hacia atrás, la polirritmia, hay un don especial, diferente, tiene otro sabor diferente, único también.

TF. Creo que en esta hora de conversación, Dorantes ha estado describiendo, como decía al principio, todos los aspectos, desde todos los ángulos de los veinte años que recoge en los diez temas de El tiempo por testigo. Muchas gracias, Dorantes.

En El tiempo por testigo, Dorantes está acompañado por el contrabajista Francis Posé y su percusionista habitual Javi Ruibal.

Teresa Fernandez Herrera
Algunas cosas que he aprendido a lo largo de mi vida. Soy Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, master en Psicología del Deporte por la UAM, diplomada en Empresas y Actividades Turísticas, conocedora de la Filosofía Védica. Responsable de Comunicación y Medios en Madrid de la ONG Internacional con base en India, Abrazando al Mundo. Miembro de la British Association of Freelance Writers. Certificada en Diseño de Permacultura. Trainer de Dragon Dreaming, metodología holística para el crecimiento personal, grupal y comunitario en el amor a la Tierra. Colaboradora en Periodistas-es y en las revistas Natural, Verdemente, The Ecologist para España y América Latina. Profesora de inglés avanzado.

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