Se suele pensar que el ajedrez no es una actividad cara y es cierto, baste un simple tablero de ocho por ocho blanquinegro y 32 trebejos. Pero cuando se entra desde tempranas edades a jugar al ajedrez en torneos y competiciones federadas la cosa cambia. No hay subvenciones ni ayudas económicas, apenas hay patrocinios de ningún tipo. Dos chicas son ejemplos de cómo buscar los medios económicos para seguir compitiendo y mejorando para cumplir sus respectivos sueños, lo que sirve además para demostrar la pujanza femenina en todo lo relacionado con el noble juego.
El primer caso sucede en España. María Eizaguerri Floris es una joven ajedrecista de 12 años residente en Huesca. Su sueño es participar en el mundial sub-14 que se disputará en Grecia en octubre de 2018. Es maestra femenina por la federación internacional, FIDE, en España la más joven al conseguirlo, cuando tenía 11 años, -empezó a jugar con solo cuatro años- además de ser cinco veces campeona de España y cuarta en el mundial sub-8, el único en el que ha competido. Su último éxito ha sido ganar el campeonato de España sub-14 en ajedrez tradicional y rápido, celebrado en Salobreña, así como el XIII circuito de Somontano.
Por este motivo y dentro de la campaña #EllasSondeAquí, auspiciada desde diciembre de 2016 por la empresa de manzanas, Livinda, que promueve iniciativas del deporte femenino, tanto aficionado como profesional, a finales de mayo se realizó una petición de microfinanciación colectiva, en inglés, crowdfunding, en la plataforma Gofundme, referida al deporte.
El objetivo bajo el título ‘Ayuda a María a llegar al Mundial’ es alcanzar 4000 euros para pagar torneos preparatorios, viajes, estancias y entrenamientos, cara a ir lo mejor preparada posible a la cita del Mundial sub-14. De momento la campaña sigue abierta y ha conseguido hasta el día de hoy, 1512 euros del total de 4.000.
La iniciativa ha sido coordinada por su madre, Elena, donde tras decir que a su hija si hay algo que le gusta es el mundo de los escaques, añade una frase significativa, “el mundo del ajedrez no es fácil”.
Hay un total de 43 donaciones, bastantes de ellas anónimas con pequeñas cantidades, muchas apenas de 5 euros. Aunque no se ha conseguido ni la mitad, si los federados en un club –hay más de 10 000 jugadores federados activos en nuestro país- aportaran un simbólico euro, se sobrepasaría sin ningún problema dicha cantidad.
No obstante, parece que María logrará su objetivo ya que tendrá un mecenazgo para acudir a Grecia aunque la campaña de microfinanciación sigue abierta.
Ajedrez femenino en Brasil
Pero los problemas económicos de las jóvenes ajedrecistas no son únicos de España, ni mucho menos. Gabriela Vicente Feller tiene 13 años y es campeona brasileña de ajedrez en 2014 y 2016, obteniendo el tercer puesto este año 2017. Su sueño era participar en el Mundial y sudamericano 2017 que se celebra en diciembre en Uruguay y en septiembre en Paraguay, respectivamente. Natural de Blumenau, una localidad, fundada en 1850 por alemanes, de más de 300 000 habitantes del estado de Santa Catarina y hermanada con Badajoz, empezó a jugar a los seis años.
Para conseguir fondos para sus desplazamientos ha optado en los últimos tres meses por vender nada menos que 3000 bolígrafos al precio de 5 reales brasileños (1,33 euros). Vendió en su escuela, comercios, restaurantes, hoteles e incluso sus padres –la madre es profesora y el padre, técnico en electrónica- colocaron bolígrafos a sus compañeros de trabajo.
También hubo ventas en redes sociales por internet, un total de 400 unidades, gracias a la difusión realizada. Además durante un torneo celebrado en la sede de la Policía Militar consiguió vender 120 bolígrafos, también una mujer anónima le compró 200 pero bajo una curiosa condición, que fueran donados a escuelas que enseñaran ajedrez a los niños. Al final, debía conseguir un total de 9600 reales para viajes, comidas y estancias, objetivo que ha superado.
Gabriela se muestra muy contenta “ya que conquisté la meta para poder competir” añadiendo que el juego, al igual que la campaña que inició, exige “persistencia y paciencia”. También jugó una simultánea en su localidad natal ante nueve personas en un centro comercial.
No es su primera experiencia, con diez años y para acudir a Durban, al Mundial de Sudáfrica de 2014 (quedó en el puesto 62) vendió pequeñas pulseras con perlitas, lazos para el pelo y otros adornos. El año pasado recolectó 150 000 latas para reciclar para poder obtener 6800 reales con los que desplazarse al Sudamericano de Chile (consiguió el quinto puesto), el Mundial de Georgia (puesto 58) y el panamericano de Uruguay (décimo puesto).
Como curiosidad, este año el Campeonato Mundial de ajedrez sub-8, 10 y 12 se celebra en la localidad brasileña de Poços de Caldas del 21 al 31 de agosto aunque ella compite en el sub-14.
Su madre, Cristina, señala que, con todas estas campañas, “ella aprende el valor del dinero, da valor a las cosas, somos muy felices y damos gracias a Dios y a la gente por todo lo que ha conseguido”.
En otros países los menores tienen patrocinadores, algunos muy curiosos, como ha acontecido en Uganda, su equipo juvenil de menores sub-9 y sub-12 recibió el apoyo financiero de un destacado militar, el general de división Muhoozi Kainerugaba, quien aportó el dinero para el viaje, cuotas y estancia para que acudan el 19 de agosto al campeonato africano en Harare, Zimbabue.
