El mandatario Nicolás Maduro, en el poder desde 2013, fue proclamado este lunes 29 de julio 2024 como presidente de Venezuela durante los próximos seis años, a pesar de que la oposición denunció fraude masivo y varios gobiernos de América y Europa demandaron una auditoría independiente del escrutinio, informa la IPS desde Caracas.
Maduro exigió «respeto a la voluntad popular y a la vida soberana de Venezuela», ofreció que trabajará «por la paz y prosperidad de su país», y advirtió que impondrá su autoridad pues «no habrá ningún tipo de debilidad; no se impondrán ni el odio, ni el fascismo, ni la mentira ni la manipulación».
El Consejo Nacional Electoral (CNE, bajo control del oficialismo) informó en su primer boletín que Maduro obtuvo 5.150.092 votos (51,2 por ciento), su principal contendiente, Edmundo González, 4.445.968 (44,2 por ciento), y otros ocho candidatos reunieron 462.704 sufragios (4,6 por ciento).
El resultado «es contundente e irreversible», proclamó el presidente del CNE, Elvis Amoroso, quien indicó que la participación fue de 59 por ciento del padrón electoral, el cual tiene 21,3 millones de inscritos, aunque más de cuatro millones no pudieron sufragar pues hacen parte de la legión de migrantes que ha ido al extranjero.
La oposición desconoció los resultados: «Venezuela tiene un nuevo presidente electo y es Edmundo González Urrutia. Ganamos y todo el mundo lo sabe», proclamó la líder de la oposición María Corina Machado.
González, por su parte, denunció que «se han violado todas las normas», y agregó que «nuestra lucha continúa y no descansaremos hasta que la voluntad del pueblo de Venezuela sea respetada».
Los gobiernos de Bolivia, China, Cuba, Honduras, Irán, Nicaragua, Rusia y Siria enviaron mensajes de reconocimiento y felicitación a Maduro apenas emitió su primer boletín el CNE.
En cambio, emitieron dudas sobre el resultado y reclamaron auditorías los de Argentina, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, Panamá, Paraguay, Perú, República Dominicana y Uruguay, en una declaración grupal, y por separado los de Chile y Estados Unidos, así como los de España, Países Bajos y la Unión Europea.
Brasil y Colombia, cuyos mandatarios izquierdistas Luis inácio Lula da Silva y Gustavo Petro, respectivamente, han sido aliados de Maduro, también dejaron el reconocimiento en suspenso a la espera de auditorías sobre el proceso.
El secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres, pidió «transparencia total» sobre los resultados de la elección y confió en que las disputas «se resuelvan pacíficamente», según declaró su portavoz Stéphane Dujarric.
Además, el titular de la ONU pidió a las autoridades de Venezuela que «publiquen a su debido tiempo los resultados y el desglose por colegios electorales», y agregó una llamada a la moderación «a todos los líderes políticos y a sus seguidores».
Expertos de la ONU fueron invitados por el gobierno venezolano a monitorear las elecciones, pero sus conclusiones no son públicas y se reservan al secretario general.
Entre los vecinos, el canciller colombiano, Luis Gilberto Murillo, dijo que «es importante despejar cualquier duda sobre los resultados, lo que implica que los observadores y veedores internacionales presenten sus conclusiones sobre el proceso».
Murillo dijo que «tras mantener contactos permanentes con todos los actores políticos involucrados en los comicios presidenciales en Venezuela y luego de conocer los resultados preliminares comunicados por el CNE, consideramos fundamental que se escuchen las voces de todos los sectores».
La cancillería brasileña resaltó «el carácter pacífico» de la jornada electoral y consideró que «la publicación por el CNE de los datos desagregados por mesa de votación» es «paso indispensable para la transparencia, credibilidad y legitimidad del resultado de la contienda».
El excanciller brasileño Celso Amorim, enviado especial de Brasilia a Venezuela, explicó que «lo primero que nos lleva a ser cautos es que no han dado los resultados públicos tabla por tabla, porque el gobierno ha dado una cifra hasta ahora, pero tienen que mostrar cómo han llegado a esa cifra: minuto a minuto».
Otro actor internacional relevante es el gobierno de Estados Unidos, de contactos reservados con el de Maduro a pesar de su recíproca antipatía, de la rotura de relaciones diplomáticas desde 2019, y de la imposición de sanciones económicas sobre los dirigentes de Venezuela, civiles y militares, y sobre sus empresas estatales.
El secretario de estado (canciller) de ese país, AntonyBlinken, dijo que «tenemos serias preocupaciones de que el resultado anunciado no refleje la voluntad ni los votos del pueblo venezolano».
«Es fundamental que cada voto se cuente de forma justa y transparente, que las autoridades electorales compartan la información con la oposición y los observadores independientes, y que publiquen el recuento de votos. La comunidad internacional está siguiendo esto muy de cerca y responderá en consecuencia», dijo Blinken.
Mientras se transmitía la proclamación, como señal de protesta llegaba el ruido de toque de cacerolas vacías y algunas demostraciones callejeras en barriadas de Caracas y de algunas ciudades del interior.
El general Vladimir Padrino, ministro de Defensa, ha asegurado que las fuerzas armadas garantizan la paz y seguridad del país, y harán respetar la decisión del CNE.
