El humorista gráfico Quino, Joaquín Salvador Lavado, falleció a los 88 años en Mendoza, Argentina, donde también nació y era reconocido como Ciudadano ilustre. Tenía un reconocimiento mundial gracias a las tiras de su personaje de la niña Mafalda, traducidas a más de treinta idiomas.
Se da la circunstancia que su muerte se produce un día después de que apareciera su primera publicación hace 56 años, el 29 de septiembre de 1964. Las tiras de Mafalda se prolongaron de 1964 a 1973. En España se empezaron a publicar en el semanario Triunfo en 1971.
De padres andaluces, además de la argentina también tenía la nacionalidad española. Con trece años ya comenzó los estudios de Bellas Artes. En 1950 se dedicó al humor gráfico, dibujando su primera historieta para la publicidad. La fama la consiguió gracias al personaje de Mafalda desde 1964.
Había vivido en diferentes ciudades, en 1975 se exilió en Milan, y volvió de visita a Argentina en 1981. En 2001 se instaló en Madrid con estancias en Buenos Aires pero cuando fallece su esposa, Alicia Colombo, en 2017, se traslada a Mendoza donde vivía con sus sobrinos.
En 2014 recibió el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades en su 34 edición en Oviedo, donde existe una estatua de la niña, en el Campo de San Francisco, frente al estanque de los Patos.
El jurado destacó entonces «los lúcidos mensajes de ‘Quino’ que siguen vigentes por haber combinado con sabiduría la simplicidad en el trazo del dibujo con la profundidad de su pensamiento» y valoró «el enorme valor educativo» de su obra.
En España fue reconocido como catedrático honorífico del humor por la Universidad de Alcalá de Henares en el año 2000, Caballero de la Orden de Isabel la Católica en 2005 y Premio Extremadura a la Creación a la mejor Trayectoria Artística de Autor Iberoamericano en 2007.
Entre otros reconocimientos internacionales, recibió la Legión de Honor de Francia en 2014, la medalla de la Orden al Mérito Artístico y Cultural Pablo Neruda de Chile en 2015. Era doctor honoris causa por las universidades argentinas de Córdoba y Cuyo.
Como curiosidad, un total de unas treinta tiras de Mafalda fueron dedicadas al ajedrez, en las que incluso cita al gran maestro argentino de la época, Miguel Najdorf (1910-1997).
Fuera del personaje también hizo dibujos alusivos al más que milenario juego.