Cuando se cumplió en julio de 2018 el centenario del nacimiento del director de cine Ingmar Bergman (1918-2007), se programaron en todo el mundo actividades relacionadas con su obra, como la exposición “Bergman: verdades y mentiras” en el Museo de las Artes Escénicas de Suecia, y se ofreció un completo programa de teatro en el Dramaten de Estocolmo, un prestigioso local que había dirigido.
En algunas salas se proyectaron ciclos de sus películas, que marcaron la historia del cine y ocuparon durante años la atención de críticos y exégetas y, también coincidiendo con la efemérides, se publicó la primera parte de su “Cuaderno de trabajo 1955-1974” (en España lo editó Nórdica).
Llega ahora a nuestras manos un libro de Mishkin Ediciones que ha reunido en un solo volumen tres obras (como es habitual en esta editorial) que, en esta ocasión, son de la autoría del cineasta o están relacionadas con su trabajo.
El texto escrito por Bergman es “Retablo de los días de la peste”, mientras que los otros dos son la obra de teatro de Hjalmar Bergman “La llegada del señor Sleeman” y “La muerte juega al ajedrez y otras escenas medievales”, una serie de pinturas de Albertus Pictor (1440-1507), un artista que firmaba sus cuadros como Albrekt Malare. Pictor, quien además era organista y diseñador de bordados textiles con ornamentos de pedrería para objetos litúrgicos, pintó al menos en 35 iglesias pasajes de la Biblia, distribuyendo las escenas por las superficies de paredes y muros interrumpidos por columnas, nervaduras, puertas, ventanas y mobiliario. El libro está bellamente ilustrado con algunas de estas imágenes.
Cuenta Bergman en su biografía “La linterna mágica” que cuando de niño acompañaba a su padre (un pastor luterano a quien utilizó como referencia en “Fanny y Alexander”) a los pueblos donde pronunciaba sus discursos como predicador, quedaba impresionado por las escenas de la Biblia que contemplaba en las iglesias. Una de las imágenes que se grabaron en la memoria del director sueco fue la de una pintura medieval que representaba a la Muerte jugando al ajedrez con un cruzado, una escena que introdujo en 1956 en su película “El séptimo sello”.
Este “Retablo de los días de la peste” está inspirado en escenas de aquellas pinturas, aunque la obra se ha interpretado como alegorías sobre la caza de brujas desatada en los Estados Unidos por el senador McCarthy y sobre la amenaza atómica que vivía el mundo en el momento en que fue escrito el texto (1957). El personaje de la bruja del reparto y el eco de las Cruzadas, de donde vuelven los protagonistas, avalaría esta interpretación (“nuestra cruzada fue tan estúpida –dice uno de los personajes- que sólo se le pudo ocurrir a un idealista”). Bergman adaptó el texto para una obra de teatro radiofónico que tituló “Tramalning” (Pintura sobre tabla), donde el propio cineasta hacía la voz del narrador. Posteriormente la adaptó para la escena cuando dirigía el Teatro Municipal de Malmö.
En cuanto a “La llegada del señor Sleeman”, se trata de una obra de teatro del dramaturgo sueco Hjalmar Bergman (1883-1931) estrenada en 1919, que el cineasta adaptó para los escenarios y que fue además su primer trabajo para la televisión. Junto con Ibsen y Strindberg, Hjalmar Bergman fue uno de los autores más utilizados por Ingmar Bergman en su teatro, además de Shakespeare, Chéjov y los españoles Valle Inclán (“Divinas palabras”) y García Lorca (“Bodas de sangre”).
“La llegada del señor Sleeman” es una crítica a los acuerdos entre familias que se daban, aún en el siglo pasado, para ofrecer en matrimonio a mujeres jóvenes con viejos adinerados para salvaguardar la economía familiar.