El ajedrecista más destacado de lo que fue llamada Alemania Oriental, (DDR en sus siglas en alemán), Wolfgang Uhlmann, falleció el 24 de agosto de 2020 a los 85 años de edad.
El gran maestro de ajedrez alemán, natural de Dresde, vivió el bombardeo de la ciudad en febrero de 1945 y sufrió además de tuberculosis a los nueve años, lo que le acercó al ajedrez que le enseñó su padre que era panadero.
Se consideraba «un privilegiado» ya que el estado de Alemania del Este no apoyaba mucho el ajedrez, como sucedía en la entonces Unión Soviética, y nunca le respaldó, de hecho, jamás tuvo entrenador alguno.
Aun así, pudo visitar 37 países debido a su actividad ajedrecística, ganando 34 torneos y jugando más de quince mil partidas a lo largo de su vida, aunque lamentaba que, a su ahora viuda, Christine, nunca le permitieran acompañarle hasta que cayó el Muro de Berlín y la existencia del país que representó tantos años.
Fue campeón juvenil con dieciséis años, ya en 1951, y se convirtió en gran maestro en 1959 a los veinticuatro años. Obtuvo once veces en el periodo desde 1954 hasta 1986 (1954, 1955, 1958, 1964, 1968, 1975, 1976, 1981, 1983, 1985 y 1986) el campeonato absoluto de ajedrez. También representó a la entonces Alemania del Este en once Olimpiadas entre 1956 y 1990.
Su periplo por las Olimpiadas le llevó a ganar con la RDA en 1958 en Múnich a su homóloga anfitriona del Oeste, gracias a sus partidas, lo que conllevó un silencio sepulcral en la sala. En la Olimpiada de Tel Aviv, en 1964, ganó la medalla de oro individual.
También en la Olimpiada de La Habana en 1966 fue medalla de bronce individual y además recibió dos regalos de los dirigentes de la revolución cubana, un tablero de mármol que le dio Fidel Castro (1926-2016), que posteriormente solía usar, así como una caja de puros del Ché Guevara (1928-1967).
Previamente, ganó el primer Torneo de la Paz en 1965 en Zagreb, organizado con motivo del veinte aniversario de la fundación de Naciones Unidas, así como empató en el primer puesto en el torneo de Hasting, Reino Unido, en 1965 y 1966, que era el que más destacaba en su trayectoria.
Su punto culminante llegó en 1970 cuando en el torneo de Candidatos alcanzó los cuartos perdiendo por escaso margen ante Bent Larsen (1935-2010). Obtuvo entonces su máximo puesto en el ranking mundial, el octavo llegando al 2600 puntos Elo, pero se mantuvo entre los treinta primeros durante dos décadas entre los años sesenta y setenta.
Uhlmann jugó contra diez campeones del mundo y derrotó a la mitad de ellos. Se recuerda su victoria contra Bobby Fischer (1943-2008) en Buenos Aires en 1960, al que recordaba así: «era justo ante el tablero de ajedrez, vestía como un caballero, siempre ofrecía el apretón de manos». Fue su única victoria de los ocho encuentros (tres derrotas, cuatro tablas) que disputó ante el que luego fuera campeón del mundo.
Era experto en la defensa francesa (1.e4 e6) en concreto en la variante Winawer (1.e4 e6 2.d4 d5 3.Cc3 Ab4 4.e5). De hecho, Anatoli Karpov en su etapa de campeón mundial siguió sus enseñanzas y las usó en sus enfrentamientos ante Víktor Korchnoi (1931-2016) en 1978 y 1981.
Esto enojó a Korchnoi, con quien disputó dos encuentros, ya al final de su vida, uno en 2014 en la Universidad de Leipzig en que ganó las dos partidas disputadas, repitiendo el desafío en Zurich en 2015, donde empataron cada uno a dos victorias. Fue una de las últimas apariciones de Korchnoi, quien murió un año después.
Mantuvo una buena relación con otro jugador de la extinta República Democrática Alemana, Gottfried Braun, quien ahora tiene 86 años y es de Leipzig, «nos teníamos respeto, entonces nos era ajena cualquier idea de competición entre nosotros».
También protagonizó la anécdota en 1960 cuando en un torneo en Holanda no le permitieron la entrada por lo que todos los jugadores pertenecientes a los países del Pacto de Varsovia lo boicotearon y en solidaridad, no participaron en la competición.
«El ajedrez es mi vida» confesó en una de sus últimas entrevistas cuando cumplió 85 años el pasado mes de marzo. No obstante, fue también impresor de libros y empleado industrial. En 2003 fue reconocido como miembro de honor de la Federación Alemana de Ajedrez (OSD, siglas en alemán).
No abandonó nunca su ciudad natal, era miembro del club USV Dresde donde disputó su última partida en abril de 2016 con 81 años, «la resistencia y forma física ya no están ahí» reconoció. Se convirtió en el jugador de mayor edad en disputar la máxima competición alemana de clubes.
Era un gran seguidor del club de fútbol Dinamo Dresde, de hecho su última entrevista fue en su estadio, el pasado mes de abril, lamentando posteriormente su reciente descenso a la Tercera División alemana. También tenía amistad con el que fuera futbolista y luego entrenador del equipo, Eduard ‘Ede’ Geyer, con quien disputó alguna partida.
Recibió en septiembre de 2018 la orden del mérito de Sajonia donde se destacaba: «ha hecho una contribución destacada a Sajonia y a la gente que vive aquí con un compromiso admirable». Un último gesto caballeroso fue negarse a una subvención de la federación internacional, FIDE, para jugadores veteranos, proponiendo que se lo dieran a alguien más necesitado de ese dinero.
Publicó cuatro libros, de ellos dos traducidos al español, ‘La defensa francesa’ (2006) y ‘Columnas abiertas’ (2008) ambos en la editorial Hispano Europea.