En pocos días en Venezuela habrá elecciones para la presidencia de la República y consejos legislativos estadales, antes llamados asambleas legislativas, y como es lógico, el tema electoral copa la escena de los medios de comunicación.
Directores, editores, coordinadores, redactores, reporteros y demás integrantes del ámbito periodístico, diseñan y ponen en práctica mecanismos y estrategias, con la intención de darle la mayor cobertura a las actividades que cada candidato desarrolla, en virtud de dar a conocer sus proyectos para convencer al electorado, aunque en muchos casos, por múltiples razones que todos conocen, unos tienen más acceso que otros.
Pero lo normal es que la radio, la televisión y los impresos se ocupen de todo lo que tiene que ver con un proceso eleccionario, que comienza con la campaña y culmina con el acto de votación, sin distingos de ningún tipo, tal como lo establece el ordenamiento jurídico en material electoral.
Sobre este asunto he hablado en infinidades de veces, tanto en artículos periodísticos, como en conversaciones informales, y hoy vuelvo sobre él una vez más, en aras de contribuir a disipar las dudas que aún pudieran quedar.
A la luz de observaciones, sugerencias y correcciones vertidas en mis escritos sobre gramática y ortografía, y no me sonrojo al decirlo, muchas personas han eliminados sus dudas y han adquirido habilidades y destrezas en la redacción de textos, lo cual es altamente satisfactorio, toda vez que evidencia cuán provechoso les ha sido este trabajo de divulgación periodística, que por bendición del Dios Todopoderoso y las bondades de la tecnología actual, ha ido más allá de las fronteras de este país.
La realización de una elección trae consigo sus palabras y expresiones, que ponen a prueba el bagaje de conocimiento y la habilidad de los redactores y reporteros, en función de describir cada elemento, cada acción, y así llamar las cosas por su nombre. Sin embargo, hay comunicadores que utilizan palabras de manera inadecuada, como comicios electorales y sufragar el voto. No sé si en otro país de habla hispana ocurrirá lo mismo; pero en Venezuela se han convertido en un vicio casi desterrable las expresiones comicios electorales y sufragar el voto.
Es prudente recordar que “comicios electorales” es redundante, pues todos los comicios, de acuerdo con las definiciones que registran los diccionarios más usuales, son elecciones para designar cargos públicos. Es frecuente leer u oír que “el partido tal aspira mantener la mayoría en los parlamentos estadales luego de los próximos comicios electorales” o que “los analistas catalogan los próximos comicios electorales como decisivos para el futuro de Venezuela”. El Diccionario de la Lengua Española (DLE) dice que comicios es una palabra que se usa en plural y que significa “elecciones para designar cargos políticos”. Como habrán podido notar, es redundante, y por lo tanto se debe escribir simplemente comicios.
De la misma gama de palabras y expresiones mal utilizadas en el ámbito electoral, está sufragar el voto. Sufragar es una palabra polisémica, pues por un lado significa “pagar o costear los gastos que ocasionan ciertas actividades o acciones”, y por el otro, alude a la acción de expresar la opinión mediante el voto. En prestigiosos medios de comunicación, de cuando en cuando, aparece la expresión “sufragar el voto”, y pudiera deberse a un descuido, inducido por la inmediatez que impone el diarismo, máxime en la era de las llamadas redes sociales; pero en otros casos el uso es consciente, pues seguramente piensan que están exhibiendo erudición en materia de lenguaje. Con decir sufragar, votar u opinar, les bastaría. Al igual que comicios, sufragar, con el sentido de votar, no admite acompañantes. Es simple y llanamente sufragar. Sufragar el voto, en el estricto sentido de la expresión, vendría a ser algo así como pagar para votar, o recibir pago por el emitir el voto.
Algo parecido sucede con votar, confundida frecuentemente con botar. Votar es homófona de botar, es decir, tienen el mismo sonido, pero diferente significado. En este caso la impropiedad es atribuible al desconocimiento, pues alguien que haya cursado estudios de educación primaria y secundaria, debería saber que cuando se trata de lo electoral, la palabra correcta es votar; mientras que botar es desechar. Es necesario aclararlo en virtud de que muchos periodistas y usuarios de las redes sociales no tienen muy claro el asunto.