Cáritas y la Fundación para el Fomento de Estudios Sociales y de Sociología Aplicada (FOESSA) ha afirmado que tras tres años de recuperación económica según cita el presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, el 70 % de los hogares españoles, no ha percibido esos efectos e incluso, han empeorado su situación según el informe «Análisis y Perspectivas 2017 – Desprotección social y Estrategias familiares».
En una encuesta realizada a 1300 hogares repartidos por 17 comunidades autónomas, el 27 % de los hogares están experimentando los efectos de la recuperación y han notado una evolución en las condiciones de vida. El resto de los hogares, han empeorado y la capacidad de ahorrar es inexistente, no pueden afrontar situaciones inesperadas y notan que están entrando en una segunda crisis económica. La mitad de los hogares tendrían hoy una red de seguridad mientras que el 42 % se mantendría igual que antes de la crisis y solo habría notado una mejora, el 7,6 % de los hogares.
De estos datos, aún Cáritas puede apuntar que no solo existe paro sino que todavía existe precariedad laboral y hambre en muchos hogares.
El secretario general de Cáritas, Sebastián Mora, «este informe quiere ser un ejercicio de memoria frente al olvido e invisibilidad, una acción de crítica social frente a la realidad que nos muestra el informe y un llamamiento a la colaboración en la lucha contra la pobreza, porque no podemos resignarnos a aceptar lo intolerable».
En los hogares españoles bajo el umbral de la pobreza esa proporción se dispara hasta el 90%. Es importante destacar que los sectores sociales más vulnerables perciben que la participación política y social no es una vía útil para mejorar sus condiciones de vida. Se han adaptado a la reducción del consumo energético, han aceptado las condiciones laborales nada ventajosas; pobres trabajando, y han reducido gastos en sanidad, alimentación y condiciones de vida. Más de la mitad de los españoles, no pueden afrontar los recibos de gastos y no pueden tampoco garantizar la estabilidad en el empleo de los miembros del hogar ya que los ingresos siguen siendo inestables, tienen contratos precarios y no perciben estabilidad en ningún sentido.