Apostemos por las realidades más fecundas. No nos quedemos en la parte de atrás. Tengamos la mejor visión. La vida sólo brinda un recorrido personal.
Aprovechemos la masa de la dicha para no soltar amarras en relación a aspectos que nos reportan señales de paciente y delicada jovialidad.
Desterremos los pasos cambiados que nos procuran algunas personas, de las que nos hemos de alejar. Las premisas han de contabilizar los eventos más fructíferos.
Nos apaguemos las luces. Desencadenemos las circunstancias más provechosas. Los acontecimientos nos deben regularizar en una era de plenitud, que activaremos en clave mayor. Nos buscaremos desde el máximo ingenio.
Nos apartaremos de los sumarios que ajustan cuentas sin que entendamos los porqués. Eliminaremos los espacios que constriñen. Seremos sensatos y locos bajo la guía de la intuición.
Todo ocurrirá cuando toque. Lo relevante es estar preparados.