Era de esperar que la entrevista entre el señor ministro del Interior y Jordi Évole despertase en la habitual y numerosa audiencia de “Salvados” una fundada expectación porque, como tuvimos oportunidad de comprobar, no se trató de una entrevista cómoda para el titular de esa cartera y en buena medida respondió a lo que esperábamos del entrevistador.
Eran muchas las cuestiones que cabía preguntar a Jorge Fernández Díaz a propósito de su departamento y la llamada Ley Mordaza aprobada por el Gobierno al que pertenece. Estoy convencido de que ayer, sin embargo, al término del programa emitido por La Sexta, muchos televidentes se habrán hecho la misma pregunta que yo me hice:
¿Por qué en la interviú de Évole no hubo ninguna referencia al deplorable y vergonzoso suceso que tuvo lugar hace algo más de un año en la playa de El Tarajal de Ceuta, donde como consecuencia de los disparos de pelotas de goma y botes de humo ejecutados por la Guardia Civil perdieron la vida, al menos, 15 subsaharianos que intentaban alcanzar la orilla?
Teniendo en cuenta que el programa de Jordi Évole se vino a emitir casi un año después de que ocurrieran los hechos (6 de feberero de 2014) y que nadie ha asumido hasta la fecha responsabilidades por un episodio tan inadmisible en un Estado democrático, parece por lo menos extraño que el periodista catalán incidiera en repetidas preguntas acerca de las denuncias que pesan sobre España respecto a la vulneración de los derechos humanos en las fronteras del sur, sin hacer una sola alusión a lo que ocurrió en la playa ceutí.
Me resisto a creer, dada la contrastada profesionalidad de Évole a lo largo de sus muchos programas, que fuera condición sine que non para verificar la entrevista con el ministro del Interior la elusión de un asunto tan llamado a respuesta como el de El Tarajal.
Creo que Jordi debería dar algún tipo de explicación al respecto. Un reportaje, publicado recientemente por el diario Público con motivo precisamente del aniversario del trágico suceso, llegaba a elevar hasta 80 el número de subsaharianos que murieron en las aguas de esa playa.
Muchos telespectadores, entre los que me cuento, teníamos en mente esa información mientras veíamos el programa «Salvados» y no pudimos evitar la decepción correspondiente.
