Una exposición especial en el Museo Municipal de la ciudad alemana de Wendlinger muestra valiosas piezas de ajedrez de todo el mundo, bajo el título ‘Piezas de ajedrez. Juegos de la cultura de nuestro mundo’.
La mayoría de las piezas expuestas proceden del coleccionista de la pequeña localidad de Fridingen Hans Joachim Tinti, de 78 años, y quien posee un total de 1038 juegos provenientes de 130 países, considerándose la colección privada más importante de Europa. Desde hace muchos años, Tinti ha recogido juegos de ajedrez de todo el mundo hasta Fridingen, en el parque natural del Danubio Superior.
Un total de veintiséis de esos tableros, que tienen diversas procedencias, se pueden ver en la muestra de Wendlingen. El resto lo aportaron la Asociación del Museo de Wendlinger y algunos particulares. «Se trata de puras piezas de colección», afirma Jürgen Bauer, de la Asociación del Museo.
Los materiales de los trebejos son de gran calidad: porcelana, marfil, estaño, arcilla, plata y hueso.
La variedad es grande, como también lo es el origen: las figuras proceden de Rusia, Austria, Estados Unidos, Inglaterra y Perú. A menudo se recrean batallas famosas, con los protagonistas representados como piezas ajedrecísticas.
Por ejemplo, la batalla de Borodinó, conocida por ser una de las más sangrientas del siglo diecinueve, duró doce horas y se llevó por delante a 45.000 rusos y 30.000 franceses. La famosa batalla tuvo lugar el 7 de septiembre de 1812, entre las tropas francesas de Napoleón y las de Rusia, siendo recreada en la obra ‘Guerra y Paz’ de Lev Tolstoi (1828-1910), gran amante del ajedrez.
Precisamente en sus aniversarios suele tener lugar una partida de ajedrez viviente junto al Museo, en Moscú, que recuerda el célebre enfrentamiento bélico. Se portan uniformes de soldados, oficiales y generales de los dos ejércitos de 1812. «El mundo del ajedrez no es fácil» según el director de la sociedad histórico militar de Rusia, Vladislav Kononov. Por cierto, el que fuera campeón mundial Anatoli Karpov era quien dirigía el equipo ruso.
Pero volviendo al Museo alemán, entre las piezas están Napoleón, quien jugaba al ajedrez en el café de las Règence y que da nombre incluso a una apertura irregular (1 e4 e5 2. Df3) que jugó contra el autómata El Turco. También los zares rusos Alejandro I (1777-1825) y Pedro I (1672-1725), algunos generales de la Guerra Civil estadounidense de aspecto bastante sombrío, así como el rey sueco Carlos X Gustavo (1622-1660).
En el Museo se pueden contemplar también unas pequeñas matrioskas rusas como piezas de ajedrez, así como animales delicadamente tallados y torres de iglesias. En uno de los tableros, el verano juega contra el invierno, representado como pequeñas campanillas.
Algunas piezas de colección son muy valiosas y, por lo tanto, la exposición ha debido ser especialmente asegurada. También están a la venta algunas piezas de la colección de Tinti, así como alguna literatura especializada del ajedrez poco común. «El coleccionista tiene muchas cosas dos veces y por eso quiere desprenderse de ellas», explica Bauer.
La artesanía es impresionante para el profano. «Algunas de las figuras están elaboradas con tanta finura y delicadeza que son verdaderas obras maestras», confirma Joachim Kuschel, vicepresidente de la Asociación del Museo Wendlinger, quien conoció la colección de Tinti a través de un reportaje televisivo y se puso en contacto con él.
La muestra, que coincidirá con el mercado navideño de la localidad, se hizo en colaboración con el club local de ajedrez Wendlinger y quedaron encantados con la cooperación entre ambos. Precisamente, el club local quiere organizar pequeños torneos en distintas fechas durante el período de la muestra.
En este sentido, el club también simuló en algunos tableros movimientos de apertura conocidos de famosas partidas. En la inauguración de la exposición, un representante del club, el tesorero Hans-Dieter Rueck, presentó un tablero estratégico.
La exposición especial ‘Piezas de ajedrez. Juegos de las culturas de nuestro mundo’ se inauguró el domingo 3 de diciembre y se prolonga hasta el domingo 31 de marzo de 2024 con un horario todos los sábados de 14 a 17 horas, domingo de 10 a 12 horas y de 14 a 17 horas. La entrada es de un euro, estudiantes 0,50 euros y grupos de siete o más personas, 0,70 euros.
El Museo Municipal de Wendlingen se creó en 2004. Se ubica en un conjunto de edificios protegidos, un antiguo centro parroquial barroco con granero, mirador y un jardín. Su contenido aborda la historia de la localidad.
En 2005 recibió el premio de «Museo de historia local ejemplar» en la región de Stuttgart, siendo dotado con mil euros.
El centro está gestionado de forma voluntaria por la Asociación del Museo que recibió un reconocimiento en 2014 por su labor.
Wendlingen, con más de dieciséis mil habitantes, se encuentra a unos veinte kilómetros de Stuttgart.