No lo olvidaremos. En el oficio no hubo ni hay muchos como él, para mal de todos, capaces de la amistad, la modestia y la profesionalidad sobradamente demostradas. Iba por la vida con una afable resolución. Transmitía el gusto por su trabajo con la naturalidad de quien lo había elegido como natural proyección de sí mismo. De esa vocación estuvo hecha su vida. Con esos mimbres montó su trayectoria profesional.
Faustino escribía con una prosa de pan caliente y cotidiano, amasada con harina de tacto muy fino, siempre renovado y fresco. En sus palabras se cocía lo profundo con muy sencillo trazo. También sabía conmover porque era sabio precisando sus sentimientos y afinando las emociones sin retoques falsarios.
Faustino era para mí el compañero de generación con el que más identifiqué mi propia y temprana vocación por el oficio. No había mejor modelo que él para compartir esa afinidad. Quiso la casualidad que los dos llegáramos a dirigir sendos periódicos en 1983 y nos felicitáramos mutuamente.
Harían bien los colegas de Asturias en recopilar lo mejor de su pluma y elaborar un libro como merecido homenaje y necesaria recuperación de sus textos. A todos nos gustaría, además, volver a leer aquellos artículos, pergeñados en su mayoría al pie de la urgencia, en las horas más calientes de la redacción, cuando solo los mejores son capaces de dar lo mejor de sí mismos y desbordar la efímera permanencia del ejemplar diario para inscribirse en las antologías del más cualificado periodismo de opinión. Todo empezó con un poema en bable que le publicaron a Faustino siendo adolescente en el periódico Comarca, que creo se editaba en su querida ciudad natal, Mieres. En esa página prendieron las raíces de su oficio.
Ya no dará más frutos el árbol de su vida, pero le crecieron tan buenas hojas que editarlas ahora contribuiría a que no perdiéramos el elocuente rastro de su memoria. Y además, cada vez que las releyéramos, sería como abrazar a Faustino en sus palabras, reconociendo y recobrando la humanidad y el talento que lo hacen inolvidable.