Las agresiones a periodistas durante la cobertura de protestas se incrementaron en los últimos cinco años en el mundo, y al menos diez de ellos fueron asesinados en medio de las manifestaciones, reportó este lunes 14 de septiembre de 2020 la Unesco, informa IPS.
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) hizo seguimiento a 125 ataques a comunicadores en manifestaciones desde 2015, cuando registró quince, y luego dieciséis en 2016, veintiuno en 2017, veinte en 2018, 32 en 2019 y veintiuno solo en la primera mitad de 2020.
Cientos de periodistas fueron acosados, golpeados, intimidados, arrestados, vigilados y secuestrados en todo el mundo, además de haber sufrido la destrucción de sus equipos, mientras intentaban cubrir protestas.
Otros fueron incomunicados, humillados, asfixiados y recibieron disparos, tanto de munición no letal como de munición viva. La mayoría de las veces los agresores fueron integrantes de cuerpos policiales y otras fuerzas de seguridad.
En 2016 perecieron Ferzat Jarban, arrestado, asesinado y mutilado después de cubrir demostraciones en la ciudad siria de al-Qasir, y Elidio Ramos Zárate, abatido durante protestas en Juchitán de Zaragoza, México.
En 2018 cayó por un disparo Yaser Murtaja, mientras cubría protestas palestinas en la frontera con Israel, y Ángel Gahona recibió también un disparo mientras transmitía para su canal de TV unas protestas en Bluefields, Nicaragua.
El año 2019 asesinaron a tiros a la escritora y periodista Lyra McKee mientras cubría enfrentamientos en Londondery, Irlanda del Norte, al fotógrafo independiente Ahmed Muhana Al-Lami durante una protesta en Bagdad, y a Precious Owolabi en Nigeria mientras cubría choques entre policías y manifestantes para su canal.
Y en 2020 dispararon y dieron muerte en Basora, Iraq, al periodista Ahmed Abdul Samad y al camarógrafo Safaa Ghali cuando se retiraban de una manifestación, y a Alex Ogbu, reportero gráfico que cubría enfrentamientos entre policías y manifestantes de un movimiento islámico en Nigeria.
En la mayoría de los casos, sin importar quién o cuál grupo pueda ser responsable, la impunidad siguió siendo la norma, en los últimos años, en lo que respecta a los ataques a los periodistas que cubren protestas, registró la Unesco.
Muchos periodistas resultaron seriamente heridos, perdiendo por ejemplo la visión de un ojo, al ser atacados con munición no letal, como las balas de goma y las de pimienta, así como por nuevos proyectiles como las balas expansivas.
La Unesco recordó que el derecho de los periodistas a cubrir las protestas, sean violentas o no, y las reacciones de los funcionarios del gobierno u otros actores a esos eventos, no debe limitarse innecesariamente a través de medidas impuestas que restrinjan el derecho de asociación.
Los Estados están obligados a proteger a los periodistas que informan las noticias, lo que incluye la cobertura de protestas, así como la de investigar y sancionar toda violación que ocurra en el marco de una manifestación pública, lo que incluye los ataques a la prensa.
También señaló que los líderes de los Estados deben evitar declaraciones que puedan «contribuir a generar un ambiente de hostilidad e intolerancia» contra la prensa, que pueda traducirse en ataques físicos de civiles a los periodistas, a propósito de las autoridades que califican a los medios como «enemigos del pueblo».
Asimismo, en los últimos años se han registrado casos de mujeres periodistas víctimas de violencia a manos de las fuerzas de seguridad o de los manifestantes debido a su profesión. En los peores casos, las periodistas fueron perseguidas de forma deliberada y atacadas debido a su género.
En América del Norte, Europa y Oriente Medio, un puñado de periodistas fueron acusados ante la justicia penal por cubrir protestas presuntamente ilegales o contra el gobierno, contra el maltrato policial y las políticas económicas del gobierno, que fueron declaradas ilegales o no autorizadas por las autoridades.
Pero el informe, elaborado con base en los ataques a periodistas en 65 países, constató que las agresiones se produjeron en manifestaciones de protesta de todo tipo, fuesen por motivos económicos, políticos, en defensa de derechos civiles u organizadas como contramanifestaciones por grupos rivales.
Entre las recomendaciones, la Unesco propone capacitación de los periodistas acerca de las medidas y equipos de seguridad que deben tener al acudir a sus coberturas, y urge a los Estados a que establezcan o intensifiquen los programas de capacitación de sus fuerzas de seguridad.
El organismo de la ONU dijo que ha participado en la capacitación sobre este tema de más de 3400 efectivos en diecisiete países: Burkina Faso, Colombia, Costa de Marfil, Gambia, Iraq, Libia, Madagascar, Mali, Palestina, Ruanda, Senegal, Somalia, Sudán del Sur, Tanzania, Túnez, Ucrania y Uzbekistán.