Cerigua.- Gracias a la valentía de muchas personas se han revelado hechos conmovedores del pasado y quienes han prestado su testimonio en el juicio contra Efraín Ríos Montt y José Mauricio Rodríguez Sánchez, especialmente las mujeres, merecen todo el respeto, admiración y reconocimiento del mundo, en especial de nuestra sociedad, afirma Ileana Alamilla.
La periodista señala, en su columna titulada “Represión brutal”, que durante los 36 años de conflicto armado interno, la represión generalizada y la violación sistemática a los derechos humanos no fueron conocidos pues, tal como lo reconocieron periodistas de renombre y que han dirigido importantes medios de comunicación, la prensa fue presa de la mordaza que se impuso para no informar de lo que ocurría.
Alamilla indica que el Plan Nacional de Seguridad y Desarrollo aplicó una censura a los medios, estableció los límites de la información y definió la terminología a utilizarse.
Cerigua hizo esfuerzos por difundir, dar a conocer hechos terribles, increíbles, inconcebibles que ocurrían; informó sobre el conflicto armado que se libró entre el ejército y los grupos insurgentes, a quienes el ejército llamaba “delincuentes subversivos” que pretendían, según consta en documentos, cambiar las injusticias estructurales que prevalecían en el país, combatir la concentración de la riqueza e instaurar en el socialismo, asevera la columnista.
Asimismo, Alamilla manifiesta que fue un conflicto de connotación ideológica, librado en una coyuntura política de guerra fría, con escasa cobertura informativa y el principal señalamiento era que se trataba de marxistas que amenazaban implantar el comunismo.
Fueron años terribles, en las áreas urbanas a diario se preguntaba ¿Y hoy a quién asesinaron? ¿A quién secuestraron? Y muchos, con irracional insensibilidad, decían “en algo estaba metido”; las familias de clase media encapsularon a sus hijos e hijas para protegerlos del peligro, refiriere la periodista.
Alamilla recuerda que sindicalistas, población del área rural, trabajadores, dirigentes, estudiantes, campesinos, personas humildes, en su mayoría mujeres, fueron víctimas de hechos atroces y brutales.
Eso explica por qué en estos días cuando se escuchan testimonios desgarradores de lo que fueron capaces de hacer seres humanos, muchos no entienden de qué se trata, no saben cómo nunca nadie les comentó lo que sucedió en el país, donde miles de personas sufrieron los embates de la guerra sucia, asesinando a mansalva a quienes se señalaba como simpatizantes o colaboradores de la guerrilla.
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