Pensando por encima de nuestras posibilidades: El judo, las pesas, las mascotas, una actitud de desconfianza, una fidelidad sin tregua al aprecio por la propia vida…
La crisis afecta a la dignidad y los derechos humanos de la mujer, los cuales están cada vez más en entredicho, ante las violencias machistas y las creencias de todas esas mentalidades empeñadas en negar la realidad.
Las manadas o mejor dicho las piaras de violadores que drogan a las mujeres para agredirlas sexualmente, y colgar su hazaña en internet, crecen como setas, y sus conductas son imitadas por otras manadas-piaras dispuestas a hacer lo mismo.
También están los maltratadores que desde pequeños, van aprendiendo la concepción de la cultura machista que considera a los del sexo masculino, superiores al sexo femenino otorgándoles el “poder machista-sexista”, consistente en controlar a las mujeres con las que se topen, aunque las digan “que las quieren mucho y todo lo que hacen y les dicen, es por su bien” y bla, bla, bla, etc, etc
Además, delincuentes asesinos y terroristas de mujeres salen en libertad de las cárceles sin haberse rehabilitado, (en el caso de que pudiesen hacerlo) para que vuelvan a hacer lo mismo, aprovechando el tiempo que estuvieron en la prisión para “pensar” en su siguiente acto delictivo… ¡total, tuvieron tiempo y lo aprovecharon…!
Está claro que la cultura del poner precio en la que vivimos, no enseña a respetar la libertad de las mujeres, no se educa para el aprecio en general, ni para la igualdad en dignidad como la parte fundamental que es de los derechos humanos.
Falta inversión en: A) Personal laboral para prisiones, los programas de rehabilitación y seguimiento. B) Educación en derechos humanos, para la consecución de la igualdad en dignidad. C) Prevención de la Violencia de Género D) Educación en autoestima, empatía, sexualidad… es decir todo aquello que tenga que ver con la afectividad, respeto, las relaciones entre personas… o sea la inteligencia humana.
Lo que esta cultura sexista y machista enseña de verdad a las mujeres es a que desarrolle una actitud de profunda desconfianza, poniendo en el centro de su vida su autoestima y la fidelidad al aprecio por su vida ante todo, con lo que la precaución, el análisis de los comportamientos de quienes la rodean, la reflexión y la indagación sobre los mismos, el análisis de los propios sentimientos a los que la llevan… y una respuesta-reacción rápida son claves para comportarse en consecuencia.
La falta de concentración en estos aspectos culturales machistas-sexistas de la vida física, puede ocasionar un riesgo demasiado grande en este mundo de distracción-exhibición, en el que lo virtual y lo físico quedan mezclados, y el riesgo en lo físico multiplicado.
A la hora de la verdad la incultura afectiva en la que vivimos, deslumbrada por el narcisismo-exhibicionismo, las relaciones de poder, la educación de caracteres autoritarios, el alfabeto de los “me gusta” en esta cultura machista, sumado a la impulsividad que caracterizan muchas de las acciones en la vida virtual, hacen de la inteligencia humana para la interacción entre las personas un fracaso.
Y mientras los derechos humanos han de comprarse, “tanto tienes, a tantos tienes derecho”, la inteligencia artificial se financia….
DESDE EL CANAL MOCARRA: DE LA PARIDA A LA PAREADA, DE UNA MUJER A TIEMPO COMPLETO DESCONFIADA
La mujer desengañada
no se fía ni de su fachada.
Mejor pecar de humorada
que de atolondrada.
Mucho tendrán que correr
para comerle el coco a la mujer.
Mucus esputa:
El poder que aspire al bien hacer
empiece por sí mismo “¡y a querer…!”
Pues hoy, la mujer que desconfíe
más que nada fríe.
