Irán: detenida de nuevo la escritora Golrokh Ebrahimi Iraee

Amnistía Internacional (AI) informa de la nueva detención de la escritora Golrokh Ebrahimi Iraee, defensora de los derechos humanos, condenada anteriormente a seis años de cárcel por  escribir una ficción sobre la costumbre de la lapidación, muy extendida en el país.

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Golrokh Ebrahimi Iraee

Desde el 3 de enero de 2017, Golrokh Ebrahimi Iraee tenía una autorización temporal de salida, en espera de que el Tribunal Supremo volviera a estudiar su caso y decidiera sobre los seis años de cárcel a que fue condenada por escribir un relato de ficción que no se ha publicado. La historia fue descubierta en septiembre de 2014, cuando unos hombres, al parecer miembros de Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, se personaron en el lugar de trabajo de Iraee y su marido y los detuvieron. Sin orden judicial, los guardias sometieron el lugar a una búsqueda exhaustiva de materiales literarios y se incautaron de ordenadores portátiles y discos compactos.

Cuando el 22 de enero se dirigía al hospital de la cárcel para visitar a su marido, Arash Sadeghi, quien se encuentra ingresado tras una huelga de hambre y que cumple condena de 15 años por actividades pacíficas en defensa de los derechos humanos, fue detenida por  los Guardianes de la revolución (policía política), que volvieron a encerrarla en la tristemente célebre cárcel de Evin, donde habitualmente se maltrata y tortura a los presos y donde en 2003 falleció la fotógrafa irano-canadiense Zarah Kazemi, a consecuencia del derrame cerebral provocado por una brutal paliza.

A las anteriores acusaciones que ya pesaban sobre Golrokh Ebrahimi Iraee se ha añadido ahora la de «atentado a los sagrados valores del Islam», cargo por el que se haya condenado su marido. Arash Sadeghi ha mantenido una huelga de hambre de 72 días, desde octubre de 2016 hasta el 3 de enero de 2017, en señal de protesta por el encarcelamiento de su mujer, que finalizó el día en que la concedieron la autorización temporal para salir, prometiéndole que sería renovada hasta que el Tribunal Supremo se pronunciara definitivamente sobre las condenas de ambos. Los médicos han diagnosticado que Arash Sadeghi tiene una grave infección pulmonar, problemas gastrointestinales e insuficiencia renal. Pese a ello, las autoridades se han negado a trasladarle a un hospital fuera de la cárcel y han dicho a la escritora que los Guardianes de la revolución se negaban  a hacerlo mientras ella no regresara a la cárcel para cumplir lo que le falta de condena.

La nueva detención de Golrokh Ebrahimi Iraee y la injerencia de la policía en los procesos judiciales –dice el comunicado de AI- no son más que los últimos episodios inquietantes de la arbitrariedad e injusticia con que las autoridades iraníes están tratando a la pareja.

Señala AI que en un informe titulado ‘Health taken hostage: Cruel denial of medical care in Iran’s prisons’, publicado en julio de 2016, «nuestra organización reunía informaciones que demuestran que las autoridades –y en particular la Oficina de la Fiscalía, las autoridades carcelarias y los agentes de información- niegan deliberada y sistemáticamente a los presos políticos los tratamientos médicos que necesitan, en muchos casos por crueldad, para intimidarles y castigarles, o conseguir confesiones o declaraciones de arrepentimiento».

De la flagelación a la amputación

En otro informe publicado unos días antes,  AI recuerda que es muy frecuente que las autoridades iraníes recurran a los castigos corporales. En 2016, el uso frecuente de las penas de flagelación, amputación y enucleación (ablación quirúrgica del globo ocular mediante sección del nervio óptico), “evidencia el carácter inhumano de un sistema judicial que legaliza la brutalidad. Estos castigos, crueles e inhumanos, son un indignante atentado a los derechos humanos.

En el último caso de flagelación conocido por AI, un periodista recibió 40 bastonazos el 5 de enero de 2017 en  Najafabad, en la provincia de Ispahan, después de que un tribunal le declarara culpable de dar informaciones inexactas sobre el número de motos embargadas por la policía en la ciudad.

En abril de 2016, una pareja no casada, declarados culpables de «relación ilegítima», recibieron 100 bastonazos cada uno. En mayo, 35 mujeres y hombres jóvenes detenidos en la provincia de Qazvin por bailar, estar juntos y consumir alcohol en una fiesta, fueron condenados a 99 bastonazos cada uno. Ese mismo mes, se flageló a 17 mineros que  protestaron por sus condiciones de trabajo y sus despidos en la provincia de Azerbayán del oeste.

Periodistas y blogueros han sido condenados a penas de flagelación por su trabajo. En julio, un tribunal de apelación condenó al periodista Mohammad Reza Fathi a 459 bastonazos por «publicar mentiras» y «despertar temores en la opinión pública» con sus escritos.

La popular página de Facebook  «Azadihayeh Yavashaki» (Mi libertad furtiva), gestionada por la periodista y militante de los derechos de las mujeres Masih Alinejad, ha publicado detallados testimonios de mujeres que han sido flageladas por consumir alcohol o acudir a fiestas mixtas. La página incluye fotos de mujeres con graves lesiones.

El derecho penal iraní incluye más de cien «infracciones» que pueden castigarse con flagelación. Se trata de un amplio abanico que va desde el simple robo o agresión hasta vandalismo, difamación y fraude, y actos que no deberían ser delitos como el adulterio, las relaciones íntimas entre hombres y mujeres no casados, el atentado a la moralidad pública y las relaciones sexuales libremente consentidas entre personas del mismo sexo.  El informe de AI incluye testimonios de varias víctimas.

«También tenemos información de un hombre enucleado en ambos ojos en Teherán, en noviembre de 2016, a título de ‘reparación’ por haber privado de la vista a a una niña de cuatro años, atacándola con ácido en junio de 2009. Hay otros presos condenados a enucleación, en espera de que se aplique la pena. Resulta inquietante que los médicos de la Organización Iraní de Medicina Legal sean quienes asesoren al tribunal Supremo acerca de si se puede realizar una enucleación, y la forma de efectuarla. Es un grave atentado a la ética médica. Es deber de los profesionales de la sanidad evitar participar en actos de tortura o malos tratos», señala Amnistía.

AI tiene información también de al menos cuatro amputaciones por robo, incluidas algunas «cruzadas», de dedos de la mano y el pie en los lados opuestos del cuerpo de la víctima. “El hecho de amputar a las personas, privarlas de la vista y someterlas a brutales flagelaciones no puede considerarse una expresión de justicia. En tanto que estado firmante del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (PIDCP), Irán tiene jurídicamente prohibida la tortura y cualquier otro trato cruel, inhumano o degradante. Sin embargo, en nombre de la protección de la moral religiosa, el derecho iraní sigue autorizando castigos corporales prohibidos internacionalmente”.

Mercedes Arancibia
Periodista, libertaria, atea y sentimental. Llevo más de medio siglo trabajando en prensa escrita, RNE y TVE; ahora en publicaciones digitales. He sido redactora, corresponsal, enviada especial, guionista, presentadora y hasta ahora, la única mujer que había dirigido un diario de ámbito nacional (Liberación). En lo que se está dando en llamar “los otros protagonistas de la transición” (que se materializará en un congreso en febrero de 2017), es un honor haber participado en el equipo de la revista B.I.C.I.C.L.E.T.A (Boletín informativo del colectivo internacionalista de comunicaciones libertarias y ecologistas de trabajadores anarcosindicalistas). Cenetista, Socia fundadora de la Unió de Periodistes del País Valencià, que presidí hasta 1984, y Socia Honoraria de Reporteros sin Fronteras.

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